Diferencias entre madres que se quedan en casa y las que trabajan
Ser una mamá que trabaja esta cambiando los paradigmas de una sociedad que hasta hace poco exigía que se queden en casa. ¿Cómo sobrellevarlo en cada caso?
Los tiempos han cambiado, y ver a mamá quedarse en casa con los niños ya no es tan habitual como antes
amá que trabaja o mamá que se queda en casa?
Los tiempos han cambiado, y mucho. El estándar cultural de nuestras sociedades nos daba un modelo bastante definido: papá sale a trabajar, y mamá se encarga de la casa y de los hijos. Pero cuando las economías se hacen más difíciles (y lo hemos visto suceder una y otra vez en las últimas décadas), mamá y papá deben salir a la vida y traer dinero a casa. Y aunque esto es lo “socialmente convencional” en estos tiempos, miles de madres del mundo entero han sido criadas en su niñez con el modelo de que debe quedarse en casa, y sienten enormes cargas de culpa al dejar a sus pequeños en guarderías, centros o con familiares mientras atienden a sus labores.
También te puede interesar...
Características de las mujeres que trabajan varios días fuera de su hogar
¡Deja de pensar en eso! Aunque es una tarea enorme y muy difícil, es necesario comprender que, si trabajas, lo haces para que toda tu familia tenga mayor bienestar. Pero también hay muchísimos otros buenos motivos para romper con ese viejo paradigma de la mamá que se queda en casa, y los veremos en esta nota.
La mamá que se queda en casa
Seguro que a veces es un trabajo enorme atender a la casa 24 horas por día, pero al mismo tiempo es un placer sin límites poder compartir cada minuto del desarrollo de tus hijos, entre juegos, risas y descubrimientos. Ser una mama que trabaja, para quienes pueden hacerlo, es simplemente sensacional, y la mayor parte de las que se quedan en casa lo afirmarán.
"El “Síndrome del Cuidador del Hogar” es un conjunto de condiciones y síntomas que experimentan quienes deben quedarse en casa queriendo estar fuera."
Por otro lado, y en especial cuando los niños ya han crecido y han comenzado con su escolaridad, ser una mamá ama de casa puede dejarte con muchísimo tiempo libre. Claro que tienes más tiempo para atender a tus trámites, cumplir tus obligaciones, hasta puedes hacer las compras con más calma, relajarte más, y tener la casa impecable sin tener que volver a limpiar una y otra vez el mismo sitio. Hay quienes disfrutan mucho de esta nueva experiencia, y quienes pronto comprenden que preferirían ocupar su tiempo libre. Y en ambos casos está bien. La elección de ser una mamá que se queda en casa o una mamá que trabaja fuera de casa dependerá sólo de dos pilares: lo que puedas y lo que quieras hacer.
El Síndrome Del Cuidador Del Hogar
Los profesionales de la salud han definido lo que llaman el “Síndrome del Cuidador del Hogar” como el conjunto de condiciones y síntomas que experimentan quienes deben quedarse en casa queriendo estar fuera. Puede ser porque los niños crecieron y ahora tienen demasiado tiempo libre, o las mamás que han trabajado fuera de casa antes y hoy no lo están haciendo por el desempleo u otras condiciones similares.
También te puede interesar...
Cómo ser mamá y salir a trabajar
Se describe al síndrome en etapas. La primera es mucho más liviana, y se presenta en los primeros días o las primeras semanas de estar en casa luego de haber trabajado en otro sitio, o después de que los hijos comiencen su escolaridad. Muchas mamás parecen gustar de esta experiencia mucho más libre y relajada. Ya no están atareadas las 24 horas del día con el mantenimiento del hogar o la atención de los niños, que ahora son autosuficientes. Tampoco tienen el estrés de la oficina, las obligaciones o las interminables reuniones con jefes regañones. Este es el momento de tomar un breve descanso, y de ponerse luego en marcha para volver a definir lo que quieres hacer con tu vida.
La segunda etapa ya se hace notar en tu humor. El tiempo libre, la liviandad de las actividades y la falta de desafíos comienzan a pesar en tu vida. Hay dos caminos por tomar aquí: iniciar nuevas actividades recreativas que te den placer y hasta algún proyecto hogareño laboral, o salir de pleno a buscar un nuevo empleo, tal vez part-time para ocupar tu tiempo mientras los niños están en la escuela. ¡No esperes a sentir depresión ni soledad para tomar uno de estos dos caminos!
"Ser una mamá que se queda en casa o una mamá que trabaja fuera de casa dependerá sólo de dos pilares: lo que puedas y lo que quieras hacer."
La tercera etapa es algo serio. Las mamás, obligadas a quedarse en casa por el desempleo y la falta de búsquedas, comienzan a sentir depresión, tedio, soledad y aburrimiento. Es habitual perder la práctica para organizar el tiempo y, por el humor disminuido, hasta empiezan a descuidar sus actividades cotidianas, como el mantenimiento del hogar, la colada, ayudar a los niños con sus deberes y, claro, la búsqueda de empleo o de nuevas actividades. Esta etapa puede derivar en situaciones graves para la salud y el bienestar de las mamás y, con ello, de toda la familia. ¡No llegues a este momento!
Y si ya te sientes allí, es momento de tomar tus bríos y ponerte en macha para buscar un nuevo horizonte. Recuerda: si no quieres dejar tu hogar, entonces piensa en un emprendimiento hogareño, para sentirte un miembro útil de la sociedad nuevamente, y de paso aumentar los ingresos de tu familia.