Cómo evitar infecciones en las piscinas
Nadar en las piscinas y disfrutar del agua tiene sus riesgos, ya que son comunes diversas infecciones por estar expuestos al agua con cloro.
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Consejos para evitar infecciones en las piscinas
Verano y piscina suelen ser sinónimo de diversión y descanso, pero también hay un costado negativo de esto; las molestas y dolorosas infecciones.
Desde marcas de la piel por el cloro hasta enrojecimiento de los ojos, las piscinas ofrecen tanta diversión y vida sana como problemas infecciosos que debemos tener muy en cuenta para evitarlos en la medida de lo posible.
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Evitar la conjuntivitis y ojos enrojecidos en la piscina
El cloro, añadido artificial en la mayoría de piscinas, tiene la función de desinfectar el agua y prevenir la proliferación de bacterias, pero a su vez también causa efectos secundarios que pueden terminar infectando los ojos, uno de los puntos más débiles del cuerpo cuando estamos bajo el agua.
Pese a que lo normal es sufrir irritaciones ocasionadas por el exceso de cloro en la conjuntiva ocular, también es posible adquirir conjuntivitis por nadar con los ojos abiertos en piscinas con muy poco cloro. La solución, en ambos casos, es utilizar siempre unas gafas protectoras, muy comunes en cualquier tienda de deportes, y con distintos modelos y tallas que se deben probar primeramente fuera del agua para ver si ajustan correctamente. En caso de nadar en el mar o río, es igualmente recomendable su uso al reducir las radiaciones solares que pueden afectar a los ojos en verano.
Cómo evitar las infecciones de oído en las piscinas
El oído es otro de los puntos más sensibles del cuerpo, y cuando vamos a la piscina no es una excepción. Pese a que hay personas que no los necesitan, unos buenos tapones auditivos adecuados son la solución, mucho mejor si son hechos a medida (los típicos que aíslan el ruido pueden funcionar mal) o adquiridos en tiendas especializadas. En caso contrario, la humedad continua a la que se ve expuesto el interior de la oreja provoca la formación de microorganismos en el conducto auditivo y acaban provocando dolorosas infecciones de oído.
Además, para evitar la visita al médico por un problema auditivo, tampoco conviene utilizar bastoncillos ni sacudir la oreja o la cabeza bajo ningún concepto, ni siquiera si se nos ha quedado agua aprisionada dentro del oído. Especial cuidado deben tener aquellos propensos a acumular mucha cera, así como los que cuentan con orificios auditivos muy estrechos, ya que tienen más probabilidades de padecer unas de estas infecciones.
"Las piscinas ofrecen tanta diversión y vida sana como problemas infecciosos."
Marcas en la piel después de nadar en piscinas
Para terminar, otro de los trastornos más comunes son las marcas rojizas en la piel después de una sesión en la piscina. En este caso, el trastorno es difícil de evitar puesto que depende de la piel de cada persona en particular. En ese sentido, lo único que está en nuestras manos es elegir piscinas con menos cantidad de cloro. Si eres deportista, puedes alternar alguna sesión nadando en el mar, donde muy raramente podrían aparecer estas marcas.
Después de salir de la piscina se recomienda una ducha de agua fría, además de la aplicación de productos específicos para la piel delicada, y secarse tan pronto como sea posible: la piel húmeda durante mucho tiempo favorece la formación de hongos.