¿Qué hacer para evitar que el niño tenga berrinches en el supermercado?
Toda persona que haya llevado a su hijo al supermercado lo sabe bien: todo lo quieren, todo lo tocan, y todo les aburre al mismo tiempo. Los berrinches en la tienda son habituales, pero tienen una solución.
No lleves al niño al mercado si está cansado, hambriento o con mal humor
Cómo evitar los berrinches en el supermercado
No lleves al niño al mercado si está cansado, hambriento o con mal humor. Esto sólo provocará problemas. Si te fuera indispensable ir, procura hacerlo con tu pareja, quien podrá dedicarse a pasear con él o ella, ir a la zona de juegos, o quedarse en la puerta cantando o bebiendo un refresco.
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En el caso de no contar con compañía y deber ir al mercado, siéntalo en la sillita del carro o permítele que, como diversión, se siente dentro del carrito de compras. Pídele que te ayude con las labores: al tomar elementos de las góndolas dáselas para que las acomode allí dentro.
Trucos infalibles para evitar berrinches en la tienda
Entra al mercado y haz tus compras mientras charlas con tu hijo, comentándole lo que estás comprando, si le gusta, o de qué color es el envase. Esto lo mantendrá entretenido un buen rato. Cuando ya se haya cansado y amenace con comenzar los berrinches, ve a la entrada de la góndola de juguetes (sin ingresar) y toma un muñeco o un elemento resistente. Dáselo para que se entretenga (uno o dos), y deja que lo lleve en todo el recorrido por la tienda. Al llegar a la zona de cajas dile que lo deje en el carro para poder pagarlo… y cuando no esté mirándolo, deja el juguete en el canasto de las devoluciones.
"Para evitar los berrinches pídele que te ayude con las labores, con el fin de mantenerlo entretenido."
¿Qué hacer si el niño comenzó el berrinche?
Los niños hacen pataletas para conseguir lo que quieren y para llamar la atención. Si le quitas todo eso, el berrinche terminará casi automáticamente. Cuando le gritas y le pides que se detenga, esto sólo exacerbará el problema. En cambio, sigue haciendo tus compras (con el rabillo del ojo puesto en el niño, claro) y sigue caminando por el pasillo. Incluso puedes llegar hasta la puntera de la góndola y ocultarte, vigilándolo sin que lo sepa: al verse solo y con una rabieta inútil, se detendrá e irá a tu encuentro. Con dos o tres veces que intente una pataleta sin éxito, comprenderá que hay mejores maneras de pedir las cosas y hasta de conseguirlas.
Para fomentar esta noción, demuéstrale con el ejemplo. Luego de la rabieta, ya en calma, dile que te comente qué es lo que quiere, y enséñale a pedirlo “por favor”. Cuando lo haga, dáselo. Si puedes, incluso cómpralo… pero sólo luego de pedirlo de buena manera. Así aprenderá que ese es el claro camino a tomar, y dejará las pataletas fuera de tu vida para siempre.