Meditación para conocer tu animal totémico

La genial escritora Isabel Allende inmortalizó la importancia del animal totémico en su trilogía conformada por las obras "La ciudad de las bestias", "El reino del dragón de oro" y "El bosque de los pigmeos", con dos peculiares personajes jóvenes que encontraron a su animal totémico y podían, a placer, convertirse en este para adquirir su fortaleza, agudeza y todas sus virtudes cuando las aventuras de vida así lo requerían.

Es que este tótem es un animal real en nuestro mundo, cuyas características se comparten con las de lo más profundo de tu ser. A veces ocultas, a veces no desarrolladas, estas virtudes están ya en nosotros mismos, incluso sin que lo sepamos.

"El animal totémico representa nuestra fortaleza, la magnificación de nuestras virtudes energéticas, anímicas y hasta físicas."

El animal totémico, o animal de poder, se precia de demostrarlas, y conectarnos con él será la manera de explotarlas en nuestra persona. Encontrarlo te abrirá las puertas a una mejor versión de ti mismo, y puedes lograrlo mediante la meditación.

Cómo encontrar tu animal totémico

Para hallar a tu animal totémico primero debes creer en su existencia y saberte capaz de reconocerlo en ese denso bosque que son las energías del Universo.

Encuentra un sitio tranquilo, apacible y sin interrupciones. Despójate de tu calzado y de los elementos (prendas, accesorios) que te perturben o agobien, y siéntate o recuéstate en una posición cómoda. Cierra los ojos, respira lenta y profundamente, hasta llenar la capacidad de tus pulmones. Mantén el aire unos dos a tres segundos, y luego libéralo por la nariz, hasta vaciar por completo tus pulmones.
Repite esta respiración lenta y profunda hasta que notes que tu mente se ha despojado de pensamientos e influencias. Ya estarás listo para comenzar.

Imagínate en un paisaje natural, salvaje, libre. Observa la vegetación, el sol, huele el aroma del aire, siente la frescura de la tierra. Es un bosque, denso de vegetación. Seguramente que podría haber peligros allí, pero eso no te preocupa. Te sientes protegido, custodiado, y eso te llena de vigor y fortaleza.

Comienza a caminar por el bosque, recorriendo su vasto paisaje. Cruza por sobre las rocas y atraviesa los puentes sobre los arroyos sin preocuparte. Siéntete protegido por ese animal que va unos pasos detrás de ti, observándote, custodiándote, protegiéndote contra todo mal y amenaza. Siente su respiración, escucha atentamente cada uno de sus movimientos. Disfruta de la intensidad de su mirada, que te cuida y protege. Huele su aroma particular, escucha sus sonidos y conéctate con este animal que va siguiendo cada paso que das.

Escuchas a lo lejos una cascada. Ve hacia allí. Camina por las rocas, al costado del lago. Mírate en el agua. ¿Ya viste el reflejo de tu animal totémico?. Sigue caminando sin voltear atrás, ve hacia la cascada, párate detrás de la cortina de agua. Tócala, disfruta de su frescura, y luego respira lentamente, bien profundo.

Mira directo a la prolija cortina de agua de la cascada. Ya puedes verlo en todo su esplendor, es el reflejo en el cristal del agua de tu animal totémico. Sus miradas se encuentran, es el momento perfecto para realizar la conexión espiritual. Mira su sombra en el suelo, mira su tenue reflejo en la cascada o en el lago, identifícalo por sus aromas y sonidos. Ese es tu animal de poder, sus fortalezas son las tuyas, comparten sus espíritus.