Consejos para enseñarle a los niños a no interrumpir

Si tú también estás padeciendo las constantes (¡en verdad constantes!) interrupciones de tu hijo o hija, aquí te contamos algunas buenas propuestas que puedes implementar, para complementar su educación social de manera magistral.

Enseñando a no interrumpir: Pautas de conducta

Las interrupciones de los niños no tienen mala intención, es decir, no quieren que “no hables con alguien más”, sino que buscan tu atención a sus pensamientos, palabras y acciones. Por eso, no se trata de frenarlos en sus intentos, sino de enseñarles a esperar a su turno para poder hablar. Debes ser firme con esto, sin dejarte vencer por el ceder a darles tu atención, interrumpiendo lo que estés haciendo, con tal de no seguir ya escuchando los “mamá” que se repiten cada tres segundos.

"Las interrupciones de los niños no tienen mala intención, solo buscan tu atención a sus pensamientos, palabras y acciones."

Cuando estés hablando con alguien –o viendo la TV, o hablando por teléfono- y tu hijo o hija requiere tu atención, hazle un gesto de espera, que vea que estás ocupada en alguna otra actividad, y que debe esperar. Luego, dale tu plena atención cuando termines con lo que estás haciendo, de modo que el pequeño sepa que esta señal de esperar no significa la falta de interés de tu parte.

Si sigue interrumpiendo a pesar de la señal, discúlpate con la persona con quien estás hablando, diciendo claramente “disculpa la interrupción, debo explicar algo a mi hijo”, mira a tu pequeño, y dile claramente “mamá está ocupada, pero ni bien termine te daré toda mi atención”. Sin dudarlo, voltéate y sigue con lo que estás haciendo no por demasiado tiempo. Vale decir: si estás conversando con tu amiga, terminen el tema que están dialogando (o llega al punto al que quieres llegar), y préstale atención a tu hijo. Luego, sigue con tu charla. Así, pronto tus hijos entenderán que es mejor esperar.

¿Qué hacer si el niño no deja de interrumpir?

Si pese a tus intentos tu hijo o hija sigue interrumpiendo constantemente, no hace falta estallar en gritos y llantos, sino que puedes aplicar algunas de estas buenas ideas.

Una es no dejar todo lo que estás haciendo para gritar y rezongar por las interrupciones, pues tú misma estarías haciendo lo mismo. En cambio, se fuerte y sigue con lo que estabas haciendo. Es duro pensar en ignorar a nuestros niños en tales ocasiones, pero es una manera de “amor duro” que le mostrará que, con interrupciones, no logrará tu atención. Sólo haz esto una vez que hayas agotado las ideas anteriores, pues es una suerte de “castigo” impuesto por la mala conducta.

Si las interrupciones dejan de ser con un llamado y pasan a ser jalones, el niño quiere subirse a tu falda o se pone entre tú y la persona con la que estás hablando, no lo apartes ni lo regañes. Puedes seguir ignorándolo, o mirarlo y explicarle que, si continúa interrumpiendo, sólo estará haciendo más grande la demora hasta que le prestes tu atención completa. Repítele que debe esperar a que termines lo que estás haciendo.