Cómo combinar carnes rojas y blancas de manera saludable

El consumo de carnes, tanto rojas como blancas, es muy beneficioso para la salud; pero también será perjudicial si consumimos de más. Aquí veremos algunas recomendaciones para combinarlas de manera saludable en la alimentación diaria.

Cómo combinar carnes rojas y blancas de manera saludable

Ya hemos aprendido sobre los pros y los contras de la alimentación con carnes rojas y blancas. Sabemos, por ejemplo, que en ambos casos la ingesta excesiva puede ser nociva y hasta perjudicial para la salud, y también reconocemos la importancia de su consumo regular. Aprendamos ahora algunos modos de combinar e ingerir las carnes rojas y blancas de manera más que saludable y apropiada.

Entendamos a las carnes rojas como la res, el cordero, el buey, el toro, el caballo, el cerdo, y también a las carnes de caza, como el faisán, la codorniz y las perdices. En el grupo de carnes rojas también se incluyen las vísceras y órganos animales. Por su parte, el grupo de las carnes blancas se refiere mayormente a las carnes de aves de corral (pollo, pavo y otros), al conejo y al pescado, aunque este suele gozar de caracterización propia.

Debes recordar que la edad a veces diferencia las carnes en uno u otro grupo. Por ejemplo, en ovinos y en corderos, los de mayor edad suelen ser considerados como carnes rojas, mientras que los pequeños (ternascos, lechales) suelen ser considerados como carnes blancas. El corte también diferencia el grupo. Por ejemplo, el solomillo de cerdo es reconocido como carne roja, mientras que el lomo es considerado carne blanca.

Como hemos aprendido, la ingesta de carnes es eficiente para el buen funcionamiento del organismo, proveyéndolo de proteínas, vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales. Sin embargo, su ingesta excesiva es perjudicial, pues eleva el nivel de colesterol malo en el cuerpo, y altera condiciones cardíacas, tensionales y otras, como articulares y musculares.

La recomendación general para el consumo de carnes es de dos a cuatro porciones semanales para las rojas, y de una a dos porciones a la semana en carnes blancas. Entendemos por "porciones" a los platos (principales o entradas) con compuestos cárnicos, siempre acompañados de vegetales y granos para completar la alimentación.

No se suele recomendar consumir ambos grupos de carnes al mismo tiempo o en la misma comida (contemplando que en una semana hay 14 comidas), pero sí debes intercalarlos. Recuerda que el tamaño de una porción es el volumen que ocupa el puño cerrado de tu mano: ese es el tamaño que la carne debe tener en el plato.

Acompaña siempre una porción de carne, roja o blanca, con dos a tres porciones de vegetales variados, o dos de vegetales y una de granos. Asegúrate siempre de que estás consumiendo carnes de buena calidad, con buen mantenimiento desde la faena hasta el momento de la preparación.