Los problemas prostáticos son muy habituales a partir de los 50 años y, en ocasiones causados por inflamación de la próstata. Es importante subrayar que muchos hombres se refieren coloquialmente a sus síntomas urinarios como inflamación de la próstata.
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Remedios Caseros para los Desórdenes de Próstata
Adicionalmente, existen enfermedades como la prostatitis crónica, que producen inflamación de la próstata. Esa inflamación puede producir síntomas, aunque no siempre es así.
Las principales medidas a tener en cuenta para evitar la inflamación de la próstata son:
- Evitar la obesidad y los alimentos procesados: las dietas ricas en grasas y azúcares refinados aumenta el riesgo de obesidad y de problemas urinarios. Asimismo, el síndrome metabólico (hipertensión, diabetes, hipercolesteromia y obesidad) parece afectar a la próstata. Siendo la dieta uno de las factores pilares de este problema de salud, parece razonable recomendar dieta mediterránea o vegetariana para evitar la obesidad, el síndrome metabólico y la inflamación de próstata.
- Practicar ejercicio al menos 3 veces a la semana: esta medida tiene mucho que ver con lo anterior. Dado que, tanto la dieta como el ejercicio físico influyen en gran medida en la obesidad y la inflamación, se aconseja la práctica de ejercicio físico regular, de intensidad moderada o alta, en combinación con la dieta.
- La tercera de las medidas para evitar la prostatitis tiene que ver con la vida sexual. Por un lado, algunos estudios apuntan a que no mantener relaciones sexuales puede producir un efecto negativo. Por otro, hay estudios que apuntan a que un vida sexual muy activa en la que "exigimos" mucho de la próstata también pueden dar problemas debido a la inflamación prostática propia de la actividad sexual y al aumento de las posibilidades de presentar infecciones de transmisión sexual.
- Evita aguantar las ganas de orinar en la medida de lo posible. Lógicamente, hacerlo en un momento dado es razonable y en absoluto perjudicial. Sin embargo, retrasar la micción de manera constante -ya sea por situaciones laborales o por haber adquirido hábitos miccionales incorrectos en la infancia- puede producir problemas miccionales crónicos.
En cuanto a la relación popular y extendida entre prostatitis y ciclismo, es importante aclarar que no existe ninguna evidencia científica que relacione este deporte con la inflamación crónica de próstata. Sí puede pasar que los ciclistas presenten síntomas pélvicos pasajeros tras haber pasado mucho rato sobre la bici. Lógicamente, durante un proceso infeccioso o inflamatorio de prostatitis, el ciclismo o cualquier otra actividad que genere presión sobre la próstata empeorará los síntomas, pero no parece razonable pensar que el ciclismo "sea malo" y desencadene problemas urinarios.
En cuanto al tratamiento para la prostatitis, el doctor Borja García Gómez, urólogo experto de la clínica de urología ROC Clinic, afirma que “habitualmente, no existe una terapia única eficaz y el tratamiento debe ser multimodal, probando distintas opciones terapéuticas para dar con la más adecuada en cada caso”.
Cuáles son los mejores tratamientos para cáncer de próstata
Cada día disponemos de mejores tratamientos para el cáncer de próstata. Responder a cuál es el mejor tratamiento para el cáncer de próstata depende en gran medida de dos puntos muy importantes. En primer lugar, del tipo de tumor y su estadio de evolución. En segundo lugar, de las preferencias del paciente y los efectos secundarios de los tratamietnos disponibles.
Si analizamos las principales situaciones en las que nos encontramos, podemos definir tres momentos en la evolución del tumor. En primer lugar, tenemos los tumores de próstata localizados y de buen pronóstico, con bajo potencial a la hora de causar complicaciones o amenazar la vida de los hombres que los sufren.
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Síntomas y Causas de un Desorden Prostático
La segunda situación son aquellos tumores algo mayores, aunque limitados a la próstata, o si presentan un mayor nivel de agresividad. Se trata también de una situación controlable, aunque posiblemente tengamos que estar más atentos dada la mayor extensión o un grado de malignidad superior. En tercer lugar, existen tumores que rebasan los límites de la próstata o que tienen una muy elevada agresividad. Esta situación exige tratamientos agresivos puesto que por extensión o naturaleza es probable que el tumor evolucione y produzca problemas.
Por otro lado, disponemos de cuatro grandes tipos de tratamientos. Los tratamientos mínimamente invasivos, que atacan un punto específico de la próstata. Se trata de procedimientos con una probabilidad de efectos secundarios muy baja y en muchas ocasiones sin ingreso. Por otro lado, es importante entender que la agresividad de este tratamiento es menor y, por tanto, es posible que la recidivas del tumor sean más elevadas.
En segundo lugar existe la cirugía. Gracias a la generalización del Robot disponemos de la posibilidad de realizar cirugía con altas tasas de curación pero minimizando las complicaciones inmediatas. La cirugía es el procedimiento más curativo, aunque exige un ingreso corto y son posibles la incontinencia y los problemas de erección posteriores.
El tercero de los tratamientos es la radioterapia. Es algo menos curativa que la cirugía, aunque sus efectos secundarios sobre la continencia y erección son sensiblemente inferiores. En algunos casos, se puede combinar cirugía y radioterapia, especialmente en lesiones que rebasan la próstata o si han alcanzados los ganglios linfáticos.
Por último, disponemos cada vez más de opciones de tratamiento con fármacos, que se utilizan o para aumentar la eficacia de la radioterapia o en casos de tumores muy avanzados, cuando el tratamiento curativo ya no podría ser eficaz.
Viendo estas tres situaciones clínicas y estos 4 tipos de tratamientos, el mejor tratamiento para el cáncer de próstata surge tras informar al paciente de sus opciones y el riesgo/beneficio de cada una de ellas en el momento actual de su enfermedad.
En cada situación y para cada persona es posible plantear opciones de tratamiento muy personalizadas para tratar de proveer el mejor resultados minimizando los efectos secundarios que cada persona quiere tratar de evitar.
Durante los últimos años existe la tendencia cada vez mayor al tratamiento mínimamente invasivo, enfocado a más curación pero sobre todo a menos efectos secundarios y más calidad de vida. Tanto gracias al perfeccionamiento de la terapia focal, las mejorías técnicas en la radioterapia y la revolución robótica, cada vez somos más capaces de ofrecer mejores tratamientos, mayor curación y menores efectos secundarios.