Cómo Lograr el Estado de Atención Plena
Conoce qué es y cómo aprovechar el estado de mindfulness o atención plena, que promete mejorar tu bienestar, salud y felicidad fácilmente.
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La meditación te ayudará a lograr la atención plena, para experimentar tu mundo con mucha mayor profundidad.
Atención Plena: Vivir Mejor Mediante la Observación
El estado de atención plena o mindfulness, es una cualidad que puedes aprender e incorporar para estar presente en el aquí y en el ahora, tanto en tu cuerpo (y tus sentidos) como en tu mente. Esta práctica nos permite experimentar más profundamente cada suceso y hasta cada segundo de nuestras vidas, dejando de vivir en el ayer, de preocuparnos por el mañana, o de fijarnos en los supuestos.
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Se trata de entrenarnos a nosotros mismos para vivir en la realidad: experimentar cada situación y persona como “lo que es” y no lo que debiera, pudiera o quisieras que fuera.
¿Qué significa tener atención plena?
Sólo por su nombre podemos deducir que se trata de observar y experimentar, de prestar atención a un nivel profundo, abierto y sin interrupciones a cada evento de tu vida. Pero es un poco más que eso: la atención plena requiere en un alto nivel de concentración, pero también en un autoconocimiento y de aceptación de la realidad, en la carencia de juicios y en la constante búsqueda del bienestar.
La aceptación es una palabra clave. Acepta quien eres, por lo que eres, y haz lo mismo con los demás y con los objetos, eventos, situaciones, cimas, formas y colores. Parece muy simple, pero lo cierto es que en nuestro día, sin siquiera notarlo, estamos todo el tiempo viendo al mundo que nos rodea por lo que “debería ser”, lo que quisiéramos, la manera en la que podría ser “mejor” de acuerdo a nuestra propia escala de valores.
"Estar en estado de atención plena implica entrenarnos a nosotros mismos para vivir en la realidad: experimentar cada situación y persona como “lo que es”, y no lo que debiera o quisieras que fuera."
Haz el ejercicio de caminar por tu propio vecindario como si fueras un turista, viéndolo todo por primera vez.
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Cuando tenemos un colega que habla alto, no lo asumimos por su naturaleza, sino constantemente por nuestro valor de “quisiera que hablara más bajo”. Así, no logramos experimentar a esa persona, compartir con ella o interactuar por lo que es, sino en nuestro estado perpetuo de no-aceptación.
¿Cómo se logra el estado de atención plena?
Es un proceso para el que necesitas tener paciencia y un alto grado de autoconocimiento, templanza y aceptación. Una técnica por demás valiosa para lograr la atención plena es la meditación y la terapia del conocimiento propio, mediante las cuales aprendemos a distinguir nuestra experiencia actual de las reminiscencias que quedan en nuestra memoria, y que influencian la manera en la que vivimos el día de hoy.
Este estado no sólo nos ayuda a experimentar mejor la realidad, sino también a dejar ir los recuerdos y emociones pasadas que condicionan tanto nuestros pensamientos como nuestras emociones. Así, mediante meditación y práctica de este proceso, experimentamos el mundo como si fuera la primera vez, sin considerar lo que quisiéramos que fuera ni lo que alguna vez representó para nosotros. Es una genial herramienta para quienes hayan tenido malas experiencias emocionales, por ejemplo, luego de un divorcio o una ruptura tormentosa: la atención plena te ayudará a liberar ese dolor, y a abrirte a nuevas experiencias sin miedos ni condicionamientos.
Claves para lograrlo
En reglas generales, el estado de mindfulness requiere de la aplicación de algunos conceptos indispensables:
- Aceptar: Es la clave para lograr la atención plena. Debes aceptar las cosas, personas y todo el mundo por lo que es, sin juzgarlo, sin temor, sin más que experimentación constante.
- Aquí y ahora: Debes centrarte en el presente, dejar ir el pasado y no prestar atención al futuro.
- Liberar: Evita controlar las situaciones o cambiar a las personas.
- No juzgar: Evita que las experiencias pasadas condicionen las nuevas situaciones de tu vida, ni que tu escala de valores propia condicione la manera en la que percibes a quienes te rodean.
- Permitir las experiencias: No evites vivir nuevas experiencias y, principalmente, vive las “conocidas” como si nunca lo hubieras hecho.
Pruébalo la próxima vez que salgas de casa. Mira la vereda por la que siempre caminas como si fuera la primera vez, y nota los colores, texturas, aromas y todo lo que vayas atravesando. No juzgues, no mires si se ha deteriorado o si el vecino ha pintado su cerco: sólo observa, aprecia, disfruta de lo que ves, hueles, oyes y tocas. Al llegar al trabajo, haz lo mismo con las personas: obsérvalas como si fueran nuevos colegas, y no los que ya conoces. Presta atención, absorbe sin filtrar, nota quiénes son en verdad.
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"Este estado no sólo nos ayuda a experimentar mejor la realidad, sino también a dejar ir los recuerdos y emociones pasadas que condicionan nuestros pensamientos y emociones."
Puedes hacer este ejercicio de observación y aceptación sin juicios en cualquier ambiente y situación de tu vida. Tan sólo con observar sin juzgar verás cómo se abre todo un mundo nuevo a tu alrededor, esta vez lleno de nuevas posibilidades que, tal vez, siempre han estado allí, pero que nunca pudiste verlas sino hasta que entraste en tu estado de atención plena.