¿Qué hacer si nuestro hijo o hija presenta pubertad precoz?
Cuando la pubertad llega antes de lo previsto, seguramente tu hijo o hija se sentirá desorientado/a. Ten presente estos consejos para saber qué hacer en esta etapa.
Si tu niño o niño presenta pubertad precoz, seguramente tendrá cambios de conducta y de humor frecuentes
Guía para ayudar a nuestro hijo con pubertad precoz
La pubertad, ese cambio hormonal que separa la niñez de la juventud, normalmente se presentaba en la adolescencia ya entrada, cuando cuerpo y mente estaban biológicamente preparados para enfrentar el comienzo de la adultez. Sin embargo, quizás por la alimentación, o por una evolución en nuestra humanidad, la pubertad suele llegar algo más temprano, mucho antes para algunos niños y niñas que se hallan completamente desconectados de su realidad.
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¿A qué se denomina “pubertad precoz”?
En desarrollos normales y convencionales, la pubertad suele llegar alrededor de los 12 años de edad. Cuando hablamos de pubertad “precoz” nos referimos a este desarrollo físico que se presenta aún en plena infancia, hacia los 8 o 9 años aproximadamente. Suele ser más frecuente entre las niñas, que tienen su menarca (primera menstruación) cuando aún juegan con muñequitas y están poco interesadas en el sexo opuesto.
"La pubertad 'precoz' se presenta aún en plena infancia, hacia los 8 o 9 años aproximadamente."
Aunque no hay una causa específica para ello ni para la precocidad de este cambio, muchos investigadores se inclinan y desarrollan estudios respecto de la alimentación (repleta de hormonas), el exceso de peso y la obesidad infantil, y también al sistema evolutivo de la humanidad.
¿Qué problemas atrae la pubertad temprana?
La pubertad se caracteriza por la maduración física hacia lo sexual en los niños: crecimiento de los genitales (y de los senos), vellosidad, cambios en la voz, y también una verdadera revolución de hormonas dentro de los cuerpos. Tú también atravesaste la pubertad, seguramente a tu buen tiempo, y recordarás esas sensaciones de no encajar, de vergüenzas, de molestias, de frustraciones. A ello súmale que una pubertad precoz aún no tiene la maduración mental ni cognitiva como para interpretarlo, con lo que estas sensaciones negativas aumentan y se multiplican.
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En casos extremos y –pese a lo que desearíamos saber- también es cada vez más frecuente el desarrollo de depresiones, angustias y otros cuadros psicológicos, que han de ser atendidos con prontitud para evitar su asentamiento y proliferación. Cuando un niño se desarrolla tanto antes que sus pares, puede tender a aislarse, y es importante que comprenda lo sucedido y mantenga una infancia activa en lo social, pues es vital para un correcto desarrollo adulto.
Cómo ayudar a tu hijo o hija con pubertad precoz
Acompáñale, explícale lo que sucede, y dale su tiempo y espacio. No regañes constantemente sus malas conductas, pues probablemente son producto de la propia frustración. Procura hablar con él o ella y, en caso de tener pudores para hacerlo, permítele que hable al respecto con una persona en la que puedan confiar: un hermano bastante mayor, el médico familiar, los abuelos, alguna tía bien predispuesta.
"Cuando un niño atraviesa la pubertad antes que sus pares, puede tender a aislarse. Es importante que comprenda lo sucedido y mantenga una infancia activa en lo social."
Enséñale que esto es natural, que todos lo pasamos alguna vez. Permítele alguna que otra rabieta, pero siempre con respeto. Si lo consideran apropiado, busca terapias psicológicas y haz entrevistas con los profesionales para conocer tus opciones y, si el pequeño o la niña en cambio lo permite, inicia una terapia para ayudarle en este momento a mejorar la autoestima, comprender lo que sucede y aprender las herramientas para sobrellevar el cambio (y las burlas, y las comparaciones) sin repercusiones negativas en su día a día.