¿Qué hacer si el niño no quiere ir a la escuela? ¿qué puede estar pasando?
Muchos niños nos sorprenden con una actitud terca cuando no quieren ir a la escuela, se comportan como si algo malo está sucediendo, y nos hacen dudar. ¿Qué hacer en estos casos?
Mi hijo no quiere ir a la escuela, ¿ocurrirá algo malo?
Es normal un poco de queja porque tienen que levantarse temprano, o luego no les gusta hacer los deberes en casa, pero algunos niños realmente se angustian y se enojan con nosotros porque los obligamos a ir a la escuela. Y esto puede deberse a un problema verdadero, algún temor, o un berrinche.
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Los niños que recién empiezan la escuela suelen hacer rabietas los primeros días, por el miedo a lo desconocido, por extrañar su jardín de infantes o porque no se acostumbran al nuevo ritmo. Pero si esta actitud se extiende en el tiempo o se presenta en niños más grandes, habría que prestar un poco más de atención.
¿Por qué el niño no quiere ir a la escuela?
Los factores más influyentes en el estado de ánimo del niño son el del colegio y el de la familia. Entre las principales causas a la negativa de asistir al colegio se pueden nombrar:
"Si esta actitud se extiende en el tiempo o se presenta en niños más grandes, habría que prestar un poco más de atención."
- Dificultades de aprendizaje: es probable que el niño se sienta agobiado por las exigencias del colegio y no pueda responder como él mismo espera de sí, entonces se niega a asistir para evitarse el fracaso y la necesidad de asumir que le cuesta aprender.
- Rechazo social: es probable que por alguna situación particular del niño los compañeros sean crueles, lo rechacen o lo intimiden.
- Situaciones en la familia: si en la familia hay conflictos o hay nuevos integrantes, es probable que el niño sienta temor o celos de lo que pueda suceder cuando el no esté presente.
- Ausencia prolongada a la clase: si por alguna circunstancia el niño pasó mucho tiempo sin asistir al colegio, la reincorporación puede ser difícil y generarle rechazo.
- Enfrentarse a lo nuevo: generalmente, al pasar de año o cambiar de escuela, los niños se angustian porque no saben cómo será el nuevo ámbito educativo. Esto puede también generar mucha congoja, en especial si el año anterior fue difícil adaptarse.
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¿Qué hacer si el niño teme ir a la escuela?
Ante todo, mucha calma. Ahondar sobre este tema será difícil y es muy probable que el niño prefiera hablar con otro familiar que no sean los padres. También hay que comentar con el docente del niño para que nos cuente su lado de la historia, y juntos poder averiguar qué es lo que sucede.
Si el niño ya ha pasado el 2 año, tendremos que hablar con él sin presionar su respuesta, tampoco debemos hacerlo en tono de regaño, sino con interés por ayudarlo a solucionar la situación. Si el niño es muy pequeño o le cuesta expresarse, se le puede pedir que haga una lista con las cosas que le gustan o no de la escuela.
Al hablar con el maestro o el tutor, es necesario comentarle con franqueza lo que sucede y escuchar con atención sus respuestas. Quizás el niño haya hablado con él antes que con sus padres, y esto no debe tomarse más que como una forma de expresarse.
"Hay que comentar con el docente del niño para que nos cuente su lado de la historia, y juntos poder averiguar qué es lo que sucede."
También podríamos prestar atención a lo que sucede en su entorno social, cómo se lleva con los amigos fuera del colegio o cómo es su relación con los compañeros del colegio. Si tiene un amigo cercano, también podríamos consultarle si sabe de alguna situación particular que esté angustiando al niño.
Cuando sepamos qué es lo que sucede, tendremos que evaluar la necesidad de consultar con un profesional para ayudarlo. También podemos charlar con el niño en la intimidad del hogar, o quizás podremos llevarlo a tomar algo a algún bar y dialogar.