Cómo Ayudar a un Niño Tímido

Comprende su personalidad

No todos los niños serán una explosión de alegría y energías. Hay pequeños que poseen una fuerte personalidad tímida, reservada, y no debes sino comprenderlo y aceptarlo. No podrás (ni deberías intentar) cambiar la identidad de tu pequeño por obligación: el niño o la niña tímidos sólo necesitan ser respetados en su espacio, y tener la contención necesaria para poder expresarse tal y como son.

Comprende que tal vez, tu hijo tímido se quedará afuera de algunos grupos de amigos. Que quizás sea foco de las burlas de los compañeros. Que su introversión puede que le cause frustraciones a no conectar con los demás del mismo modo que otros niños lo harán. Puede ser en verdad duro reconocer las limitaciones de nuestra propia conducta, pero al fin de eso se trata: es su identidad, es quien realmente es, y no puedes sino animarlo a salir del cascarón cuando y como él o ella desee hacerlo.

"Los niños tímidos sólo necesitan ser respetados en su espacio, y tener la contención necesaria para poder expresarse tal y como son."

Cómo ayudar a un niño tímido

Si tu hijo es tímido, nunca te burles de ello ni permitas que alguien más lo haga (hermanos u otras personas). Tampoco lo dejes en evidencia, ni a solas ni frente a los demás. Cuando, por ejemplo, te reúnes con amigos y todo los demás niños juegan, corretean y gritan y el tuyo e queda pegado a tus faldas, no digas frases como “oye, no seas tímido, ve a jugar con los demás”. Tampoco le hables en susurros, fomentando su aislación. Sólo déjalo ser, sabiendo que mamá está detrás suyo para apoyarlo cuando él o ella se lo pida.

Si tu hijo es tímido probablemente ya tenga suficiente soledad en su día a día. Dejarlo sin atención ni compañía en una reunión (o cualquier otro sitio) no será “la cura a su timidez”, sino un refuerzo a ella. El niño tímido no saldrá a conversar con los demás sólo por haberse quedado solo, sino que, por el contrario, podría comenzar a construir un fuerte mundo interior que lo proteja de la soledad. Permítele que esté a tu lado y, si o consideras necesario, deja la mesa de los adultos para ir junto con tu niño a la mesa de los pequeños, a compartir con ellos, por algunos minutos hasta tanto tu pequeño note que no hay peligros ni problemas en hacerlo. Esto podría demostrarle que no hay dificultades ni peligros al compartir con los demás. Tú resignarás sólo unos pocos minutos de una comida entre los adultos, y podrías estar dando un genial ejemplo a tu pequeño o a tu niña.