Cómo limpiar y mantener los libros
El cuidado y mantenimiento de los libros es fundamental para que la cultura que transmiten ejerza efecto sobre varias generaciones.
Los libros son un verdadero tesoro, que nos permite viajar a remotos lugares y tiempos, sin levantarnos de nuestro propio sillón. Por eso, debemos aprender a limpiar y mantener los libros apropiadamente, para conservarlos en buenas condiciones y que las generaciones venideras puedan disfrutarlos por igual.
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Uno de los males que suelen aquejar a los libros, en particular a los más añosos, son los pequeños insectos. Por fortuna, hay muchas formas de combatirlos, cuidando siempre de estos tesoros impresos. Por ejemplo, podemos colocar una hoja seca de laurel entre algunas de las páginas de cada libro, para que su aroma ahuyente a los insectos.
La humedad es otro gran enemigo de las bibliotecas. Para combatirla y prevenirla, debemos colocar algunos pequeños recipientes con talco, tiza en polvo o granos de arroz por entre los libros, en los estantes, para prevenir que la humedad se acomode entre las páginas. Si observamos que los libros lucen manchas de humedad, podemos espolvorearlos con talco en polvo, dejarlo reposar durante una noche, y cepillarlos suavemente al día siguiente, para minimizar el daño.
Debemos procurar que no haya demasiada falta de humedad en el ambiente, puesto que esto podría hacer que las hojas y los lomos o encuadernaciones se resequen y rompan con el roce. Procuraremos que la estantería no reciba luz solar directa, ni esté demasiado cerca de una fuente de calor.
El moho y los hongos son otros enemigos que debemos combatir para limpiar y mantener los libros en buenas condiciones. Podemos eliminarlos frotando el libro suavemente con un algodón con unas gotas de agua oxigenada, teniendo mucho cuidado de no mojar las hojas impresas.
Para combatir el asentamiento del polvo, podemos colocar cintas de papel de acetato o cinta de embalar incolora, sobre los lomos, o las hojas que queden hacia arriba al colocarlos en las estanterías. Esto evitará que el polvo se asiente en los libros e ingrese a su interior.
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Si tenemos que dar guarda a los libros, ya sea por una mudanza, un traslado, o porque no tenemos más lugar en las estanterías, podemos envolverlos en papel blanco para evitar que acumulen polvo, y colocarlos apilados por sus tapas en una caja de cierre hermético o compacto. Colocamos algunas bolsitas de gasa con flores de lavanda, y algunos granos de arroz, para combatir insectos y la humedad que pudieran atraer.
Si encontramos manchas en las páginas de un libro, con mucho cuidado debemos frotarlas con vinagre blanco caliente, para eliminarlas. También podemos intentar borrarlas con una goma de lápiz blanca, sin ejercer presión.