Aprendizaje
Un juego para aprender colores, palabras y organización

Juego que le enseñe a los niños colores, palabras y a organizar

Te presentamos una idea genial y simple para que tus hijos jueguen y de paso aprendan colores, algunas palabras y a organizar todo como corresponde. ¡Manos a la obra!

24/12/21 por Eugenia

Este juego será una técnica básica de organización que complementara su educación como ninguna otro.

Juego para enseñar palabras, colores y organización

Suena demasiado bueno para ser verdad, ¿no lo crees? Pero hay algo que puedes hacer, que le ayudará a tu hijo a aprender los colores, las palabras (su sonido y también su forma escrita), y una técnica básica de organización que complementara su educación como ninguna otra cosa. Y, lo mejor de todo, ¡sólo necesitas algunos materiales reciclados que ya tienes en casa!

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Ponte manos a la obra con esta genial propuesta, que tu niño o tu pequeña adorarán.

Prepara los elementos para hacer el juego

¿Hay una infinidad de lápices de colores, crayones, pinceles y rotuladores en la habitación de tus niños? Clasifícalos por colores, haciendo grupos para saber la cantidad de contenedores que necesitarás.

Según la cantidad de elementos en cada grupo, también podrás determinar el tamaño del contenedor. En la mayoría de los casos, para los lápices de colores y crayones de cera puedes reutilizar el tubo de cartón del papel sanitario o del rollo de papel absorbente de la cocina, incluso recortado en dos mitades. Coloca los tubos uno junto a otro, formando una fila sobre un trozo de cartulina o cartón gris, para diseñar esta base (usa otros elementos, si quieres).

Toma uno a uno los contenedores y cúbrelos con papel de cada color (o píntalos con pincel y acuarelas, tus hijos pueden ayudarte en este paso), de acuerdo a los tonos de cada grupo de los lápices. Usando un rotulador indeleble, puedes escribir también la palabra que defina a cada color. Monta los contenedores usando silicona caliente o cinta adhesiva, fijándolos a la base y a la mesa de dibujos, o bien dentro de alguna canastilla pequeña, lo que prefieras. Tus hijos podrán ir tomando los lápices de cada contenedor, mientras tú los estimulas a nombrar la palabra correspondiente y, a la hora de terminar de jugar y dibujar, podrás desafiarlos a guardar cada lápiz en su contenedor correspondiente, diciendo en cada uno el color del que se trata.

Buscando otras opciones para aprender palabras y colores

Puedes hacer lo mismo usando contenedores plásticos o cajas reutilizadas, para guardar los juguetes más pequeños. Pon un papel impreso, recortado y adherido con cinta, con el dibujo y también la palabra que represente a cada grupo de objetos: bloques de encastrar, autitos, animales, pelotas pequeñas y todo lo que corresponda. Tus hijos podrán ir aprendiendo, a simple vista, cómo se ve la palabra que define a ese elemento, y también facilitarás la hora del guardado, pues las cajas lucirán tanto la palabra como la imagen. En poco tiempo, y por memoria, tu hijo o hija habrá aprendió cómo “luce” la palabra correspondiente, y esto hará maravillas en el momento de aprender a escribir.

"En el juego podrás desafiar a tus hijos a guardar cada lápiz en su contenedor correspondiente, diciendo en cada uno el color del que se trata."

Jugando en el dormitorio

Esta misma técnica, tan simple y efectiva para complementar la educación de tus hijos, puede ser un genial agregado para sus habitaciones. Coloca recortes (impresos en papel autoadhesivo, si quieres) con la figura y la palabra de cada tipo de prenda de vestir que corresponda en cada cajón, como los calcetines, las prendas íntimas, las playeras, los shorts, las pijamas y demás. Haz dibujos divertidos, agregando algunas hadas o seres mágicos que capturen la atención de tus niños. Al escribir la palabra usa una fuente (una tipografía) fácil de leer, para que los más pequeños puedan ir recordando la forma de las palabras.

Cuando vayas a guardar la ropa planchada, o a vestirlo, pídele que te ayude trayendo hacia ti “un short, una playera y un par de calcetines”, y dejando que él o ella los tomen de los cajones correspondientes, estimulando el análisis de su entorno. ¡Le ayudará a dar un enorme paso en la manera en la que observa el mundo que lo rodea!

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