La importancia de enseñarles a los niños a ahorrar y administrar su economía
Cuando los niños comienzan a recibir sus primeros billetes, es momento de enseñarles la importancia del ahorro y la necesidad de esforzarse para conseguir lo que desean.
Cuando los niños comienzan a recibir dinero, o desarrollan pequeños trabajos en su tiempo libre, ya están en condiciones de tener sus propios ahorros.
La cultura del ahorro en las escuelas
Hasta mediados del siglo pasado, en la mayoría de las escuelas se impartían clases de economía doméstica y muchas lecturas inculcaban la importancia del ahorro. Luego, a partir de la década de 1960, tras los avances tecnológicos, los beneficios conseguidos gracias al modelo de "Estado Bienestar", etc., el consumo fue una prioridad para todos y el ahorro pasó a ser una cuestión de "viejos".
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Las sucesivas crisis internacionales nos demuestran que, incontestablemente, debemos interesar a nuestros hijos en una cultura de la previsión. Difícilmente ellos estén exentos de la movilidad laboral, del desempleo y de las crisis económicas cíclicas.
¿Tu hijo puede aprender a ahorrar?
Parece una pregunta casi sin sentido. Seguramente piensas que ya tendrá tiempo de aprenderlo solo, y es probable que tu hijo sea un consumidor compulsivo, por lo tanto, está muy lejos de sus aspiraciones guardar el dinero para más adelante.
Sin embargo, es esencial enseñarles a nuestros hijos la importancia del ahorro y la administración del dinero. Mañana serán padres de familia, tendrán obligaciones, o simplemente seguirán deseando consumir y no podrán extender la mano para que mamá provea.
Tu hijo tiene todo el tiempo delante de él y el ahorro es como una bola de nieve que crece. A partir del momento en que los niños comienzan a recibir dinero, o desarrollan pequeños trabajos en su tiempo libre (cortar el césped, realizar entregas, pintar una cerca...) ya están en condiciones de tener sus propios ahorros (por pequeños que sean) y obtener lo que desean con su propio esfuerzo. Si quieren una bicicleta, lo correcto no es ir a comprarla al instante. Lo ideal es (aunque los ayudemos a concretar su proyecto) promoverlos para que la compren con su propio esfuerzo ahorrando el dinero necesario.
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La experiencia le servirá a tu hijo a comprender que el ahorro puede servir a adquirir bienes durables y que los proyectos se concretan a mediano y largo plazo.
Cuando tu hijo comience a comprender que el mejor camino para adquirir bienes es el ahorro y que el crédito es uno de los mayores obstáculos para una gestión sana de la economía, mejor administrará su presupuesto cuando sea padre de familia.