Hábitos para Mejorar la Salud

Pero lo cierto es que a veces los síntomas que sentimos son decaimiento, desgano, constantes enfermedades simples (como cuando te quedas “a punto de enfermar” pero nunca te enfermas del todo), y numerosos pequeños síntomas que no cuadran con condiciones médicas específicas.

Cuando el doctor ya no pueda diagnosticar condiciones pero sientas que necesitas mejorar la salud,  sólo debes hacer cambios en tu vida diaria y en tu estilo de vida para recuperar el control y sentirte rebosante de bienestar.

Cambios en el estilo de vida

Hacer cambios en tus hábitos y estilos de vida te permitirá mejorar tu salud. De más está decir que alimentarte sanamente, beber al menos dos litros de agua al día y evitar el cigarrillo y alcohol excesivos te dará bienestar y te permitirá recuperar la energía, pero hay otras cosas simples que puedes hacer.

"Si quieres tener energía, vitalidad y fortaleza física y emocional, lo que necesitas es aplicar estos hábitos para mejorar tu salud, sin recurrir a peligrosos medicamentos ni costosas terapias."

Una de ellas es el ejercicio. No hablamos de maratónicas sesiones en el gimnasio, pero al menos, trata de poner el cuerpo en movimiento. Camina en lugar de conducir, sube por las escaleras y no por el elevador, y haz todo lo que puedas (a mano) para mover tus músculos. ¿Necesitas algo de inspiración? ¡Entonces ponte a bailar alocadamente en la intimidad de tu hogar! Todo se vale a la hora de hacer circular la sangre, lo que ayudará en los procesos de desintoxicación, facilitará la recuperación de lesiones y, por si fuera poco, fomentará la liberación de las “hormonas del bienestar”.

Hábitos simples para mejorar la salud

En tu vida diaria también hay cambios fáciles de implementar que te permitirán recobrar la buena salud y la motivación. Lo primero que debes hacer es identificar a los posibles “ladrones” de tu bienestar, y luego hacer las correcciones que sean apropiadas en cada caso.

Elimina las personas y los ambientes tóxicos de tu vida. Es fundamental alejarte de las personas tóxicas y negativas y, en cambio, rodearte de seres positivos, alegres, con vitalidad y con una sonrisa en el rostro. Si estas personas fueran tus colegas en el trabajo y no pudieras evitarlos, entonces procura pasar el menor tiempo posible con ellas, y haz oídos sordos a sus palabras. ¡No dejes que te absorban en su espiral cuesta abajo!

Ordena tus espacios. Tener la casa, la oficina o cualquiera de tus ambientes sucio y desordenado no sólo afecta tu salud física, sino también tu humor y estado de ánimos. Ponte en movimiento y ordena, guarda, limpia, ventila y permite que entre el sol a todos los rincones. Recuerda el viejo dicho: “donde entra el sol, no entra el doctor”. ¡Además, te sentirás mucho más motivado cuando estés en una oficina limpia y bien presentada!

Despierta más temprano. Dormir hasta el mediodía sólo te hará despertar sintiéndote mal. No sólo por cuestiones emocionales, sino porque esto hará más difícil que duermas temprano la noche siguiente. Así, tus ciclos de sueño se verán afectados y, aunque hayas dormido varias horas, tu cuerpo no habrá descansado lo suficiente. ¿La solución? Despertar a primera hora de la mañana, para ver el amanecer cuando fuera posible, y respetar tus horarios de sueño con prolijidad.

Sal al sol. La exposición directa al sol es fundamental para la producción de vitamina D natural, y también nos ayuda a regular la producción de melatonina. Exponerte al menos 20 minutos al día te ayudará a tener más salud. Como siempre te recomendamos: hazlo en los horarios más apropiados (hasta antes de las 11hs. y después de las 17hs.) y usando una crema con factor de protección solar 30 o superior.