La organización es clave para evitar el síndrome del lavadero
¿Qué es el síndrome del lavadero?
El Síndrome del Lavadero, devenido del inglés “Scope Creep Syndrome”, que podría traducirse mejor como "el síndrome del que quiere hacerlo todo al mismo tiempo", se refiere a una condición bastante habitual en el mundo laboral y personal; al abuso (intencional o no) de pedidos de acciones en las labores por realizar, provenientes de una falta de planificación inicial para la tarea. Veamos un poco más en profundidad este síndrome y, sobre todo, cómo evitarlo.
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¿Cómo surge?
Seguramente alguna vez te sucedió. Un colega te pide que le ayudes en una tarea ínfima, vas a asistirlo y, antes siquiera de terminarla, ya te pide otra, y surge otra más que no tenían prevista. Tu vecino te pide que le ayudes a armar un mueble pero cuando llegas notan que no tienen el destornillador apropiado, van a la tienda y de camino encuentran una barata de artículos deportivos, y ya terminan la jornada haciendo cualquier otra cosa y perdiendo el tiempo. O tal vez tú mismo: comienzas a elaborar el informe, pero notas que no tienes papel para la impresora, al ir a buscarlo ves que tenías que hacer una llamada y te frenas a hacerlo y, en menos tiempo de lo que puedas notar, ya has perdido el rumbo de tu tarea inicial: hacer ese informe.
"Lo que está fallando para que surja el síndrome del lavadero es la falta de planificación."
Lo que está fallando en estas situaciones (sin contar que a veces quienes piden, abusan de los pedidos) es la falta de planificación. Comenzar el día, la tarea o lo que sea contando con una agenda bien organizada no sólo optimiza el uso de tu tiempo, sino que también te hace prever todas las necesidades. Si creas la lista de cosas por hacer en un tiempo determinado podrás ver claramente, antes siquiera de comenzar, qué elementos necesitas tener a mano. También, contar con una agenda bien planificada evita que te desvíes de la meta, te mantiene asertivo y bien encaminado en las acciones, y esto te ayudará a terminar las acciones en menos tiempo. Y así, podrás ir luego a esa barata de artículos deportivos, con suficiente tiempo libre.
Cómo evitar el síndrome del lavadero
- Como vimos, la mejor manera de lograrlo es crear una planificación inicial bien detallada y organizada. Esta es la clave definitiva para mantenernos encaminados. Pero cuando el asunto incluye a otras personas, debes aprender a aplicar ciertas pautas para que tus “favores” o tus tareas no afecten tu productividad diaria.
- Si es un cliente o consumidor quien te desvía de tus metas, lo mejor es elaborar un plan de tareas bien detallado, que indique el orden y tiempo destinado a cada una. De este modo, evitarás recibir pedidos anexos hasta tanto no hayas terminado el plan inicial.
- Si es un colega o un vecino que te pide que le asistas en alguna labor, dile gustoso que sí lo harás, pero no hasta haber culminado tus labores, y recomiéndale que, mientras te espera, verifique y busque todos los materiales o elementos que vayan a ser necesarios.
- Si fuera tu jefe quien te hace pedido tras pedido, propón una reunión cada mañana, al menos un breve encuentro mientras toman el primer café, para definir las tareas del día con más orden. Esto, con poco tiempo, lo acostumbrará a hacerlo él mismo, cuando note cuánto mejor avanzan sus planes cuando se organiza como primera acción.
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"Si fuera tu jefe quien te hace pedido tras pedido, propón una reunión breve cada mañana para definir las tareas del día con más orden."
- Finalmente, aprende a no tener el pudor de negarte a hacer un favor o una acción anexa si tienes pendientes por cumplir. Tú has dedicado tiempo a organizarte, y has preparado todo lo necesario para terminar con la tarea asignada, y es injusto que debas perder tu tiempo para suplir las carencias de los demás. Sé duro, pero gentil, y ofrece tu ayuda cuando puedas, sin que esto afecte tus planes iniciales ni te haga caer en el nefasto Síndrome Del Lavadero.