Cómo derribar las barreras internas
La lucha por la felicidad es un camino angustioso, que vale la pena recorrer para alcanzar la meta y disfrutarla. Pero hay barreras internas que se cruzarán como piedras, que debemos derribar para seguir adelante y cumplir los objetivos.
Consejos para superar barrearas internas
Tener miedo, desesperanza, haber sufrido un desengaño, haber sido abandonado o dejado de lado y tantas otras sensaciones negativas semejantes se juntan en nuestra psiquis con sólo un motivo: construir barreras internas, que debemos aprender a derribar.
- Debes recordar que el camino hacia el bienestar nunca es fácil. Incluso es cuesta arriba, y requiere del doble de esfuerzo que simplemente mantenernos en buen humor, viendo lo positivo a cada día. Pero son partes imprescindibles del proceso, y te alentamos a dar lo mejor de ti. Esto es, claro, si en verdad deseas estar mejor, y superar las barreras internas.
- Decimos esto con una razón muy simple: hay quienes gozan de permanecer dentro del pozo sin fondo que son las angustias. Bajo el manto de no animarse a dar el primer paso, prefieren quedarse en el lamento de la otrora vida mejor: el pasado. Pero la razón de que el pasado tenga tal nombre, es que no es el hoy.
- Si en verdad y de corazón quieres estar mejor, nada te impide buscarlo. Debes recordar que eres el encargado de tu propia vida, y que eres el artífice de tu propia felicidad. Y es que estás viviendo una vida de película, donde eres del actor principal, el director y, principalmente: el guionista.
- Todos tenemos barreras internas. Hasta el más dichoso de los hombres tiene miedos, dudas y temores. Pero lo que diferencia a los exitosos de los angustiosos, es el coraje de animarse a buscarle solución. Hay barreras que podremos saltar, pasarles por encima y descartarlas en el pasado, como un libro que leímos, aprendimos de él, y luego guardamos en la biblioteca, o regalamos al siguiente usuario necesitado.
- Hay, en cambio, barreras que ciertamente no podremos superar. Se nos presentan como muros de cientos de metros, que por mucho que intentemos, no logramos trepar. Pues es momento de tomar otro camino. Y hay mucho de dónde elegir. Podemos derribarlo a fuerza de golpes, una y otra vez, aunque sangren nuestras manos. Y si este gigante se rehúsa a caer, pues tenemos otra alternativa: sortearlo. Pasarle por el costado, eligiendo otro camino, en pro de nuestro bienestar.
- Elige las herramientas a tu disposición y derriba las barreras, enfréntalas, sortéalas, pero todo con un mismo objetivo: dejarlas atrás aprendiendo de ellas todo lo que podamos.
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