Cómo hacer para combatir la congestión nasal en los bebés

Muchas de estas afecciones se presentan por cambios bruscos en la temperatura, ambientes demasiados secos, o contaminación ambiental.

Estas molestias hacen que muchas madres y padres se pregunten, cómo quitar la congestión nasal del bebé.

¿Cómo ayudar a mi hijo a descansar mejor cuando esta congestionado?

Como ya decíamos algunas líneas arriba, es común que, a muchas madres, sobre todo a aquellas que son primerizas y para las cuales todo se puede volver en una señal de alarma, tengan la sensación de que su hijo no puede respirar bien a la hora de acostarlo.

Si bien es cierto que esto puede pasar no tiene porque convertirse en un drama, pues tiene fácil solución. Algo tan sencillo como colocar un cojín, almohada o toalla enrollada por debajo del colchón, de forma que se eleve un poco la cabecera de la cuna o cama, y que de esta forma se despejen las vías respiratorias, y estará todo solucionado, ya que esto sin duda hará que le sea más fácil respirar, y ojo, este pequeño truco también es aplicable en los adultos cuando están congestionados, simplemente poniendo más almohadas.

¿Qué indicaciones debo tener en cuenta para ayudar a mejorar la congestión que presenta mi hijo?

Mantener la aireación de la nariz es una de las condiciones más importantes para evitar que se presenten congestiones y lograr una adecuada función respiratoria, adicionalmente, mejora el sueño, el desarrollo auditivo y del habla del pequeño; es por ello que, desde los primeros meses de vida se deben conservar las fosas nasales limpias y libres de secreciones.

Cómo los niños antes de los cinco años no son capaces de sonarse, se recomienda realizar periódicamente lavados con suero fisiológico, bien sea como hábito preventivo o para liberar de mocos y secreciones las fosas nasales.

Esto se realiza con suero fisiológico o soluciones salinas, que se pueden conseguir fácilmente y sin receta médica en cualquier farmacia. Para ello se coloca al bebe de espaldas o de lado sobre la cama, y con la ayuda de una jeringa o un aspersor se aplica una pequeña descarga por uno de los orificios de la nariz, permitiendo que el agua circule por el interior, limpiando y recogiendo las secreciones y haciendo que la solución salina salga por el otro orificio al exterior.

Otra manera es simplemente hidratando y esto se realiza aplicándole dos o tres gotas en su nariz, lo que le permitirá eliminar la mucosidad. Puede hacerse antes de darle el biberón o darle de comer, para que se encuentre más tranquilo y pueda respirar con facilidad.