Cómo Superar la Glosofobia

¿Qué es la glosofobia?

La glosofobia, o miedo a hablar en público, es una fobia social bastante frecuente. Se presenta en diversos niveles, que en casos extremos nos impide siquiera expresar vocablo alguno frente a los desconocidos, aunque no se trate de una masa sino de una o dos personas en la fila del supermercado. Muchos estudios afirman que se origina desde la infancia, por el temor a ser severamente juzgados y poco respetados, aunque el mal varía de persona en persona.

Se trata de un escudo de protección que nos impide realizar acciones que puedan ponernos en ridículo o exponernos a una posible humillación. Al encenderse esta alarma, el cuerpo responde con síntomas bastante evidentes que empeoran la situación, pues nos dejan con un aspecto notable: sudoración profusa, náuseas, vómitos, diarrea, taquicardia y sensación de ahogo.

"Recuerda que al ser una fobia, es compartida: la mayoría de las personas con las que interactúas tiene algún grado de temor a hablar en público."

Tips para superar la glosofobia

Cuando te decidas a hacerle frente a esta fobia tan habitual, comienza lentamente, primero hablando con algunos extraños en la parada del autobús o en el banco, luego con grupos algo más grandes en la oficina, y por último presentando ese informe frente a toda la comitiva, o rendir ese examen oral frente a todo el cuerpo docente de la facultad.

Comprende que es un temor. Este es un paso por demás importante y, aunque obvio, muchas personas lo desestiman. La glosofobia es un temor adquirido y no inherente a nuestra condición humana. Ergo, puedes superar el miedo a hablar en público entendiéndolo como una “condición” que tienes, pero que ya no quieres.

Recuerda que al ser una fobia, es compartida: la mayoría de las personas con las que interactúas tiene algún grado de temor a hablar en público y, al hacerlo tú, estarás sólo inspirándolos. Nadie quiere que falles, sino todo lo contrario, y tu audiencia comprende que no eres perfecto, que puedes equivocarte, tartamudear, avergonzarte, pero que lo importante es seguir adelante y superarlo sobre la marcha.

Explora el sitio, la gente y la situación cuando tengas que hablar en público. Mira a las personas, y compréndelas como seres humanos imperfectos, ni mejores ni peores que tu mismo. Observa el espacio en el que te explayas: no es un juzgado, es un sitio y una situación ordinaria.

Analiza por qué estás ahí: no para salvar el mundo, sino para presentar un informe que tus interlocutores quieren y hasta necesitan escuchar. No están allí para juzgarte, sino para escucharte. Busca tu propia comodidad, bebe agua, respira profundo, familiarízate con tus palabras dentro de tu mente para tener mayor confianza en ti mismo.

Organiza tus palabras. Planea un discurso, un informe, practica en tu mente el saludo inicial, el orden de la presentación, las palabras más importantes. En presentaciones, informes, exámenes u otros, crea fichas con el “índice” de los puntos clave, y úsalas para tener más calma en tu exposición.