Cómo ser un buen jefe

Cómo tratar a los empleados si eres jefe

Veamos algunos consejos que pueden servirte para ser buenos jefes.

• No confundir autoridad con autoritarismo:
  Los mejores jefes son firmes, exigentes, dicen lo que hay que hacer y para cuando, pero sin órdenes ni descalificaciones de ningún tipo. Al contrario, amablemente y con una sonrisa en la boca. Eso no quita que no tengan sus malos días, como todos, o que no se enfaden de vez en cuando; pero siempre con respeto y sin faltar.
• Un buen jefe es motivador:
  Siempre deben estar animándote, creyendo en ti, dándote ese voto de confianza, ese "tú puedes" que te hace llegar muy lejos. Sobre todo cuando tenemos dudas o nos sentimos inseguros para hacer algo; un buen jefe estará ahí animándonos y diciendo que lo haremos muy bien.
• Querer lo mejor para el empleado:
  Un buen jefe debe incentivar para que sus empleados lleguen alto. Que te digan: "lo que yo quiero es que llegues donde yo estoy o más lejos, y te voy a ayudar en todo lo que pueda", es un voto de confianza y apoyo inigualable: no hay competencia absurda, no hay "aquí mando yo" y "tú no vas a llegar tan alto en tu vida porque eres un inútil".
• Un buen jefe debe saber escuchar:
  Los buenos jefes no se enceguecen con su forma de ver las cosas ni se cierran a aprender. Un buen jefe escucha con atención ideas y sugerencias y hace las críticas constructivas que hagan falta, o aplauden la iniciativa.
• Dar libertad para ser buen jefe:
  Es importante darle libertad a los empleados para que hagan su trabajo, sin necesidad de estar encima continuamente: claro, siempre y cuando se cumplan los objetivos. Aunque esto tiene sus desventajas, ya que se debe estar muy involucrado en el proyecto, e incluso trabajar fines de semana y todo lo que haga falta para terminar tal como está planificado.
  Si estás en una situación con gente a tu cargo, quizás estos consejos te puedan servir para saber cómo tratar a tu equipo. Pero una cosa está clara, no es fácil y te van a criticar siempre. Si ya te critican sin tener gente a tu cargo, imagínate cuando asciendes. Es ley de vida y hay que aceptarlo.

Lo que importa es que al final del día o de tu carrera sientas que lo has hecho lo mejor que has podido, que has sido íntegro, respetuoso, amable y que les has ayudado en todo lo que has podido. Luego, entra en juego el tema de las distintas personalidades, las relaciones entre ellos y la manera de motivarlos para que hagan un buen trabajo. Cada persona es un mundo y tiene distintos motivantes (dinero, estatus, responsabilidad), pero eso ya es harina de otro costal...

"Un buen jefe escucha con atención ideas y sugerencias y hace las críticas constructivas que hagan falta o te aplauden la iniciativa."