Cómo Proteger un Sistema Inmunológico Debilitado
Si tienes tu sistema inmunológico debilitado luego de algún tratamiento o por alguna enfermedad, te recomendamos estas buenas costumbres para protegerlo y poder recuperarte mejor.
Aplica estos consejos para crear un escudo y proteger tu sistema inmunológico debilitado.
Consejos para Sistemas Inmunes Debilitados
Una enfermedad, la mala alimentación, los ambientes contaminados y los vicios son grandes amenazas, por tanto debes aprender a proteger un sistema inmunológico debilitado. Ya no basta con hacer ejercicio regularmente y tener una alimentación equilibrada: debes duplicar tus esfuerzos de salud e higiene para tener una existencia mucho más fuerte y una vida plena.
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Aprende algunas simples y geniales costumbres que prometen hacer maravillas para las personas con un sistema inmune debilitado, sin alterar su vida cotidiana.
La higiene es clave para proteger tu organismo
Si tienes una enfermedad o si tu barrera defensiva corporal está algo enclenque luego de haberte sometido a un tratamiento para combatir enfermedades, sabrás que la higiene y las buenas costumbres son completamente fundamentales para prevenir el empeoramiento de la condición, o también el contagio a los demás miembros de la familia.
Lava tus manos con agua limpia y jabón, frotando por un mínimo de 20 segundos, tantas veces como quieras. Si toses o estornudas, si vas al sanitario, antes de comer y beber, al llegar a casa luego del trabajo o de hacer trámites en la calle, luego de usar el teléfono o el teclado del ordenador: nunca es demasiada la higiene que debes tener en tus manos.
"Nunca es demasiada la higiene que debes tener en tus manos cuando tienes un sistema inmunológico debilitado."
La higiene de las manos es una de las claves para proteger un sistema inmunológico debilitado.
El baño diario también es parte de una buena práctica de salud. Al bañarnos no sólo retiramos suciedad, sino que el vapor abre nuestros poros y ayuda a la eliminación de toxinas internas, a la vez que retira los restos de sudor (el sistema desintoxicador interno natural) y los residuos de productos de cosmética de tu piel, como talco, desodorante y otros. Debes tomar una ducha diaria, con agua caliente, de al menos diez minutos.
Cuida tu hogar para proteger tu sistema inmunológico
Ventila tu hogar a primera hora de la mañana, cuando el aire es fresco y aún no se ha contaminado por los coches y las industrias. En especial en invierno: abrígate si fuera necesario, y permite que corra el aire limpio por cada sitio de tu hogar.
Limpia también una vez por día, con elementos húmedos y naturales, para retirar el polvillo y la suciedad. Aspira sofás, cortinas, alfombras, cobertores de las camas y todo aquél sitio donde pueda haber ácaros, moho, hongos y otras amenazas para personas con sistemas inmunológicos debilitados.
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Cuidados en la cocina
Junto con el sanitario, la cocina es el sitio al que debemos prestar mayor atención en cuanto a higiene y prevención. Mantén tus alimentos refrigerados y en buena guarda. Usa tablas y cuchillos diferentes para los alimentos crudos y cocidos, y también para los distintos grupos alimenticios (carnes, vegetales, etc.), evitando así la contaminación cruzada en tus preparaciones.
Si vas a descongelar alimentos, hazlo desde la noche anterior y dentro de la nevera, nunca sobre la mesada. Puedes usar también el horno de microondas, pero no se recomienda hacerlo en inmersión de agua o al sol directo. Cocina bien tus alimentos, asegurándote de eliminar las bacterias presentes de modo natural. Luego de descongelar, cocina y come, o vuelve a congelar pero sólo una vez completamente cocidos.
Lava siempre tus ingredientes y tus elementos usando soluciones desinfectantes como vinagre blanco, alcohol u otros naturales. Quita la piel de frutas y vegetales, las semillas, y también las grasas de las carnes, pues en estos sitios se alojan los residuos de los alimentos debido a las malas prácticas de cultivo y crianza (antibióticos, grasas poco saludables, herbicidas, pesticidas y demás). También recuerda lavar las latas, frascos y botellas antes de abrir, y usar siempre ingredientes naturales y, de preferencia, orgánicos.
"Junto con el sanitario, la cocina es el sitio al que debemos prestar mayor atención en cuanto a higiene y prevención."
Usa todos tus sentidos al cocinar. Si algo se ve extraño, tiene una textura diferente a la normal o si huele de un modo distinto al que debería, bota el ingrediente y no lo consumas, para cuidar tu salud.
Con simples prácticas y buenas costumbres de higiene verás que tu salud mejora y ahuyentas las amenazas. Pon en práctica estos consejos y todos los que consideres apropiados para proteger tu sistema inmunológico, y reforzar los fuertes en tu familia y con tus invitados, siempre.