Cómo cuidar las puntillas y encajes
Las puntillas y encajes son elementos muy útiles para mejorar el aspecto de nuestras prendas, pero no cumplirán su cometido si no están bien cuidados.
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Mantenimiento de las puntillas y encajes
Las puntillas y encajes son elementos que nos permiten remozar y mejorar el aspecto de numerosas prendas de vestir, y también de otros elementos como manteles, carpetas, y hasta pantallas de lámparas. Por eso, debemos aprender a darles un buen mantenimiento y cuidado, para que perduren por mucho tiempo en óptimas condiciones.
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Para mantenerlas en su mejor forma, debemos tener en cuenta de qué puntilla o encaje se trata, ya que las industriales sintéticas tendrán cuidados diferentes de aquellas heredadas de nuestras abuelas, las que debemos cuidar con esmero puesto que se trata de verdaderas obras de arte.
Si tenemos un rollo de encaje o de puntilla, lo mejor es envolverlo en papel de seda para evitar que se ensucie. También de esta forma vamos a poder evitar que se abra y enrede con otros elementos en el cajón o la caja de costura.
"Si tenemos un rollo de encaje o de puntilla, lo mejor es envolverlo en papel de seda para evitar que se ensucie."
Cómo limpiar las puntillas y encajes
Para lavar una puntilla o encaje, lo mejor es hacerlo a mano para evitar cualquier accidente. Hay que manipularlas suavemente, sin refregar, para no correr riesgo de arruinarla. En lo posible, lavaremos los colores por separado, para evitar que se crucen los tintes.
Los encajes y puntillas negras pueden ser enjuagados con agua jabonosa, y su color puede verse muy beneficiado con un lavado de café. Para ello, preparamos café negro bien azucarado, y remojamos allí los encajes negros. Esto, además de limpiarlos, les dejará un almidonado sumamente útil.
Los encajes y puntillas blancos, en cambio, deben ser lavados de una manera especial: lo doblamos prolijamente y humedecemos con aceite de oliva. Luego, colocamos dentro de una bolsa de tela blanca sin tintes ni colores, y llevaremos la bolsa cerrada al agua hirviendo, con buena dotación de jabón de lavar, preferentemente uno para prendas delicadas y lavado a mano. Dejamos allí por unos 15 a 20 minutos, luego almidonamos y secamos dejándolos bien estirados.
Los encajes y puntillas no deben de ser planchados, ya que la plancha puede dañarlos. En lugar de ello, podemos hacer algo parecido llevándolos a agua de arroz y dejándolos secar bien estirados. También podemos dar un buen apresto a las puntillas y encajes dándoles un remojo en una mezcla de clara de huevo y agua fría, a la que podemos agregar azúcar para elevar el efecto de almidonado. También debemos dejarlo secar bien estirado.
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"Para lavar una puntilla o encaje, lo mejor es hacerlo a mano para evitar cualquier accidente."
Puntillas de tono amarillento
Si queremos que los encajes y puntillas blancas tomen un tono amarillento, como si fuesen añosos, podemos aprovechar las infusiones, sumergiéndolos en té común cargado, aclarando con agua si fuese necesario. O también, podemos remojarlos en una infusión de tilo para un tono amarillento más delicado.
Si el clima lo permite, dejaremos luego secando al sol, para crear un color más desparejo y de aspecto más natural.