¿Qué es el bullying?
El bullying es un problema muy común en la actualidad. Los niños víctimas de estos acosos suelen presentar diversos síntomas, los cuales debes reconocer para saber cómo ayudarlos en esta situación.
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El bullying y sus importantes peligros
El bullying o acoso escolar se ha convertido en uno de los grandes problemas de los últimos años: se ha llegado a una situación insostenible en la que entre 5 y 15 de cada 100 alumnos sufren este trastorno, y que en ocasiones puede desembocar en depresiones, o incluso suicidio. Conocer sus señales y cómo actuar ante éstas resulta indispensable para la salud de nuestros hijos.
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Tipos de bullying
El bullying se traduce literalmente como acoso, y se utiliza principalmente al hablar de acoso durante la edad escolar. Se presenta de formas distintas, entre las que cabe destacar el bullying físico (golpes, palizas), bullying psicológico (amenazas, chantajes, intimidación) y bullying verbal (insultos y burlas). Otros dos tipos no tan comunes son el acoso sexual (incluso aunque sean solo roces), y el acoso social, que se da cuando el grupo de clase ignora y excluye al niño.
"El bullying se traduce literalmente como acoso, y se utiliza principalmente al hablar de acoso durante la edad escolar."
Cómo identificar el bullying
Inspeccionando el cuerpo de tu hijo se pueden observar a menudo moratones e incluso cortes inexplicables, es frecuente que cuando se pregunte acerca de su origen, la víctima niegue los hechos o invente excusas increíbles. Cuando se sufre de bullying, a nivel fisiológico se pueden presentar dolores de cabeza, insomnio, pesadillas, dolor de estomago o falta de apetito.
En el ámbito académico, es frecuente que los acosados saquen peores notas que de costumbre y no demuestren interés por asistir a clases, o incluso miedo; todo esto ralentiza y dificulta su aprendizaje. Otra señal clara del bullying es el bajón de autoestima que produce en el niño afectado y cómo influye en su entorno: no tiene amigos, no le gusta hablar con nadie, se irrita por tonterías, muestra agresividad con los familiares, etc. Éstas son sólo algunas muestras que nos indican la presencia de este chantaje físico o emocional.
Ante la menor sospecha de bullying, conviene hablar en privado con el niño y preguntarle acerca de qué cosas ha hecho ese día en el colegio, o qué compañeros le caen mejor o peor, con el objetivo de ver si trata de ocultar algo o no.
Qué hacer si mi hijo sufre de bullying
Una vez que nuestro hijo nos haya confesado que sufre acoso escolar, tú como padre o madre debes tomarlo con calma y no perder los nervios; coméntale que es una situación habitual en los colegios y que él no tiene la culpa de que así sea, y que por supuesto, cuenta con toda tu ayuda.
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"Ante la menor sospecha de bullying, conviene hablar en privado con el niño y preguntarle acerca de qué cosas ha hecho ese día en el colegio."
Una buena idea es informar al tutor de la clase para comentarle la situación y establecer unas primeras medidas, como por ejemplo realizar algún juego de clase relacionado con este trastorno, o hablar con los padres del menor agresor. En casa, debemos brindarle apoyo incondicional a nuestro hijo y ver que puede confiar en nosotros, también puede ser interesante apuntar al pequeño a alguna actividad extraescolar para relacionarse con otra gente y despejar la mente.
En casos de acoso grave o que perduren por mucho tiempo sin soluciones, especialmente por parte del centro educativo, es muy interesante la visita a algún psicólogo especializado, o incluso, como última alternativa, pensar en un cambio de escuela.