Niños hiperactivos: ¿cómo convivir con ellos?
Cuando los niños no paran de moverse, no pueden prestar atención o no logran retener la información, se dice que son hiperactivos... pero no es algo tan sencillo como parece.
La hiperactividad en los niños suele manifestarse entre los 2 a 6 años, pero también durante la adolescencia
Niños hiperactivos
Los niños que son diagnosticados con hiperactividad, se dice que tienen TDAH: siglas en inglés para definir al Trastorno de Atención con Hiperactividad, que lejos de ser pequeños a los que hay que regañarlos dos o tres veces para que se queden tranquilos, son los que crean conflictos por su energía sin control, que no pueden mantener una conversación sin alejarse del punto, entre otras manifestaciones.La hiperactividad en los niños suele manifestarse entre los 2 a 6 años, pero también durante la adolescencia, que es cuando el fracaso en la escuela puede terminar con abandono de la escuela.
También, por la edad del niño, los padres u otros familiares pueden sentirse frustrados por su actitud, ya que sin importar cuanto esfuerzo pongan en marcarle el camino, el niño no logra quedarse en un lugar o respetar algunas consignas.
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Cómo Controlar a un Niño Hiperactivo
¿Qué hacer con los niños hiperactivos?
Lo primero es escuchar si la maestra del niño nos comenta sobre su actitud en el aula, y contarle si notamos algo similar en el hogar;quizás juntos se den cuenta que el niño tiene este trastorno, y una vez asumido hace mucho más sencilla la vida de todos.
Entre los primeros pasos para tratar con niños hiperactivos, se pide a los padres que den indicaciones o normas claras y concretas, para que no tenga dudas sobre lo que se espera de él.
También se pide respetar los horarios de comida, baño y sueño, para que su ritmo de vida le imponga un orden, además de mantener el hogar con un ambiente tranquilo y cómodo.
"El primer paso es darle indicaciones o normas claras y concretas, para que no tenga dudas sobre lo que se espera de él."
Otra buena táctica combinada con las anteriores es darle pequeñas responsabilidades que deberá cumplir diariamente, si es posible a una hora determinada, como sacar la basura, o encender las luces de la casa, poner la mesa o la ropa sucia en la lavadora. A esto, es recomendable sumar actividad física; lo mejor es que realicen algún deporte y no solamente dejarlos jugar y correr por un parque.
Lo importante es que todos comprendan que el niño no es malo, rebelde o maleducado, sino que no puede controlar sus energías, y necesita de la ayuda y la orientación de la familia para lograrlo.
