Cómo Saber si Mi Hijo es Hiperactivo
El trastorno de hiperactividad es uno de los cuadros más temidos y contemplados en la actualidad, pero ¿cómo saber si mi hijo es hiperactivo?
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¿Cómo saber si mi hijo es hiperactivo, o simplemente un niño vivaz? La consulta con el médico especialista resolverá tus dudas por completo.
Claves para Saber si tu Hijo es Hiperactivo
¿Cómo saber si mi hijo es hiperactivo, o sólo muy enérgico? Estas preguntas son cada día más frecuentes en los consultorios de psicopedagogos y médicos del mundo entero, con un libre uso de los términos médicos que buscan corresponder el comportamiento de los niños bajo la presunción de un “problema”, y sin un diagnóstico médico adecuado. Por eso, toma estas nociones como guías para saber cuándo consultar con el profesional de la salud.
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¿Qué es el trastorno de hiperactividad?
El “trastorno de hiperactividad”, nombre corriente que se le da al Déficit de Atención e Hiperactividad o TDAH, es un cuadro médico caracterizado por hiperactividad, impulsividad y carencia de enfoque y atención. Un término relativamente moderno que hoy se explica como la principal causa de fallo en el desempeño escolar y en los asuntos de comportamiento infantil, y del que aún muchos descreen. Y con justas razones: a menudo (mucho más frecuente de lo que quisiéramos), el término y el cuadro en sí se utiliza libremente, buscando enmascarar a niños simplemente vivaces, o a pequeños con falta de límites por parte de sus padres y maestros.
Desde un punto de vista clínico, el trastorno de hiperactividad posee un fuerte componente genético (en más del 75% de los casos correctamente diagnosticados). Se trata de un trastorno neurobiológico producto de una alteración en el sistema nervioso central, en una patología crónica más frecuente en niños de hasta 16 años, mayormente varones, que cumple con la comprobación de tres síntomas: la hiperactividad, la falta de atención, y la impulsividad.
"El “trastorno de hiperactividad”, nombre corriente que se le da al Déficit de Atención e Hiperactividad o TDAH, es un cuadro médico caracterizado por hiperactividad, impulsividad y carencia de enfoque y atención."
Algunos síntomas de un niño hiperactivo son la impulsividad, desobediencia y distracción.
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El trastorno de hiperactividad es diagnosticable, y más importante aún: absolutamente tratable.
¿Cómo saber si mi hijo es hiperactivo?
El primer análisis se basa en la observación del niño, de su comportamiento (en casa, en la escuela, en ambientes sociales) para determinar cambios en su conducta, acompañados de fluctuaciones emocionales, carencia de atención, y mayormente ubicados en su entorno real. Por eso, es importante contar con la apreciación en diferentes ambientes: el niño que se porta bien en la escuela y mal en casa probablemente esté rebelándose ante causas específicas (padres permisivos, por ejemplo), en lugar de ser hiperactivo desde el punto de vista clínico.
El problema está en, como vimos, el uso libre de la terminología. La mayoría de los síntomas frecuentes del trastorno de hiperactividad se presentan también en otras situaciones conductuales, como la falta de límites, las rebeliones emocionales por situaciones del entorno familiar, y algunos más.
Síntomas de un niño hiperactivo
Lo que debes analizar para saber si tu hijo es hiperactivo incluye:
Abandono de tareas: Por desconcentración, por aburrimiento o por otras causas, los niños hiperactivos suelen abandonar tareas a mitad de su ejecución.
Aburrimiento: Se aburren fácilmente, porque pierden el interés en la tarea actual o porque no encuentran suficientes desafíos.
Autoestima: Un niño hiperactivo suele tener problemas para socializar, y esto puede derivar en cambios de humor tendientes a la depresión espontánea y la baja autoestima.
Desconcentración: La falta de enfoque, atención y concentración es uno de los síntomas más frecuentes.
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Desconexión: Los niños hiperactivos suelen actuar como si no recibieran los estímulos del exterior. Por ejemplo: les hablas y parecen no escucharte, pones una silla en la entrada a una habitación para evitar el ingreso y caminan sobre ella sin reparos, etc.
Desobediencia: Sin una mala emoción ni una rebeldía expresa, estos pequeños desconsideran las instrucciones y las reglas, en busca de una tarea que estimule su atención.
Fracaso escolar: Normalmente debido al abandono de tareas, a la desconsideración de las instrucciones y al desinterés en la educación formal.
Impulsividad: Responde antes de que terminen de hacerle la pregunta, comienzan a actuar antes de que terminen de explicarle las instrucciones, actúan antes de pensar, y sin considerar amenazas o límites.
Inquietud física: Movimiento constante de pies, manos, cuerpo entero.
En los niños aún no escolarizados ni socialmente activos, el trastorno de hiperactividad puede evidenciarse con descargas clónicas durante el sueño, un ritmo de descanso aleatorio, alta reactividad a los estímulos auditivos (en bebés), inmadurez en el lenguaje, excesiva actividad motora, poca conciencia del peligro, problemas de adaptación social y desobediencia (en niños pequeños).
¿Cómo tratar a un niño hiperactivo?
Con la mente en frío y el corazón abierto, verifica que el comportamiento de tu hijo no se deba a una falta de límites de tu parte, a darle demasiadas libertades u otras causas (a menudo frecuentes en niños cuyos padres están ausentes buena parte del día, que son demasiado permisivos, incluso hijos menores de familias muy numerosas).
"Con la mente en frío y el corazón abierto, verifica que el comportamiento de tu hijo no se deba a una falta de límites de tu parte, a darle demasiadas libertades u otras causas ."
Si sospechas que estos comportamientos en verdad se relacionan a un cuadro clínico, consulta con un especialista psicopedagógico del gabinete escolar, o con tu médico pediatra de confianza para que ellos puedan realizar las evaluaciones de diagnóstico apropiadas. Recuerda que existen divergencias en las metodologías de diagnosis, al igual que muchísimas causas que expliquen el comportamiento errático o la rebeldía de tu niño.
Sólo presta atención y usa la cabeza antes que el corazón (o el orgullo) para saber si tu hijo es hiperactivo, desobediente, o para conocer si hay algo que lo está haciendo sentir mal en cualquier escenario de su vida.