Limpieza y mantenimiento de muebles de exterior
El cuidado de los muebles de exterior es parte del ahorro, ya que evitaremos reparaciones costosas o tener que cambiarlos. Veamos cómo hacer un buen mantenimiento
Los muebles de jardín están constantemente expuestos a las inclemencias del tiempo, por lo que es necesario un buen mantenimiento
El cuidado de muebles de exterior
La compra de materiales, elementos y mobiliario es una gran fuente de gastos en el hogar. Por eso, aprender a darles un buen cuidado a nuestros muebles de exterior es una manera de evitar el gasto de su compra o arreglos, y también es lo que nos facilitará ponerlos en venta en cualquier momento.
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Técnicas económicas para limpiar los muebles de exterior
A diferencia de los muebles del interior, los del jardín, terraza o azotea están constantemente expuestos a las inclemencias del clima, a insectos y animales, al polvillo del aire y muchas otras agresiones. Esto hace que sea necesario un mantenimiento mucho más regular, incluso de varias veces por semana, complementado con reparaciones una vez al mes, y una prevención dos a tres veces por año.
Limpieza regular de los muebles
La limpieza es la mejor manera de mantener los muebles de exterior. Ya sean de madera, plástico o hierro, dos a tres veces por semana repásalos con un paño apenas húmedo, y luego seca con uno seco y suave que no raye las superficies. Haz la limpieza en un día fresco o al abrigo del sol, pues el agua del primer paño podría dejar marcas si se seca demasiado pronto.
Si posee cojines o tapicería, dos a tres veces por semana debes aspirarlas para retirar el polvillo y los depósitos de huevecillos de insectos. Si no posees aspiradora, pasa un cepillo de cerdas plásticas firmes. Si la suciedad fuese extensiva, espolvorea primero con bicarbonato de sodio, deja actuar por 30 a 45 minutos, y luego cepilla en seco.
"Aprender a darles un buen cuidado a nuestros muebles de exterior es una manera de evitar el gasto de su compra o arreglos."
Mantenimiento y prevención de muebles de exterior
Cuando tus muebles estén fuera de uso, cúbrelos con un plástico grande o, al menos, con una vieja sábana sin hoyos. Esto los protegerá del sol y también de la suciedad, aunque no de la humedad si utilizaras géneros en lugar de plástico. Deja la parte inferior algo abierta para procurar la ventilación en este caso, pues si hubiese humedad condensada dentro podría provocar el desarrollo de hongos y moho.
Una vez por mes debes revisar tus muebles, corroborando que sus clavos y tornillos estén firmes, aunque no haya roturas. Si las hay, haz las reparaciones necesarias de inmediato, previniendo daños mayores. Revisa las pinturas y barnices, pues una vez cada tres a cinco meses puedes aplicar nuevas capas por prevención, si así lo prefieres. Esto los mantendrá en perfectas condiciones para su venta, lo cual hará mucho más redituable el gasto de los materiales como pinturas y lacas utilizadas.