Cómo mantener un jardín de macetas en buenas condiciones

No todo tipo de plantas gustará de estar en una maceta. Por ejemplo, las especies de crecimientos prolongados pueden ser mantenidas en macetas, pero las de crecimiento acelerado, rápidamente encuentran limitaciones en el terreno, lo que impide su óptimo desarrollo.

Las macetas tendrán diferentes resultados según su material de composición. Por ejemplo, las macetas plásticas son más económicas y livianas, pero también sufren del inconveniente de ser poco resistentes a las incidencias climáticas. El sol excesivo y el frío extremo las pueden resquebrajar, poniendo a la planta en riesgo de perder su contenedor.

También las macetas plásticas absorben y retienen más el calor, lo que a su vez calienta la tierra de la planta. Esto, si bien será beneficioso para las plantas jóvenes y las germinadoras, puede resultar inadecuado para ciertas variedades de invierno y de exterior.

Las macetas no siempre deben estar reposadas sobre el suelo. Podemos colocarlas sobre rejillas de madera o plástico con ruedas para facilitar su transporte, o bien colgarlas con suspensores que las sostengan desde sus bordes o desde su base, para crear un jardín colgante sin dificultades. Las macetas de terracota y de barro son un tanto pesadas, por lo que será mejor dejarlas a nivel del suelo para evitar accidentes.

Sin importar si se trata de una maceta plástica, de terracota o de otro material, siempre recuerda procurar un buen drenaje de agua. La planta absorberá el agua necesaria, desechando el resto. Asegúrate de que tu maceta tenga aberturas en su base, y coloca piedras o grava al fondo antes de colocar la tierra, para asegurar un buen drenaje y eliminar el agua excedente.