Cómo mantener los toldos en buenas condiciones
El mantenimiento de los toldos implica limpieza profunda y resguardo en momentos en que no los usaremos.
Toldos en buenas condiciones
Los toldos son una buena manera de preservar la intimidad del hogar, bloqueando la visibilidad desde el exterior, aunque su función primordial es la de protegernos del sol y del calor excesivo. Como siempre están expuestos a los elementos, los toldos suelen deslucirse rápidamente.
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Consejos para el buen mantenimiento de los toldos
La primera regla de oro del mantenimiento de toldos es quitarles el polvo y el hollín regularmente, si podemos: una vez al día. Utilizaremos para ello un plumero suave o un trapo seco que no deje pelusas, si la ubicación del toldo fuese conveniente para alcanzarlo. También podemos quitarles el polvo ayudándonos con una aspiradora, cuidando de que la succión no provoque tirones excesivos.
Si ha llovido o si el toldo tiene gran cantidad de suciedad, podremos limpiarlo con agua o agua jabonosa, ayudándonos con un trapo. Luego, lo enjuagaremos con suficiente agua, para eliminar cualquier resto de jabón, y lo dejaremos extendido para que se seque completamente antes de doblarlo o enrollarlo, para evitar la formación de hongos. En el mercado hay productos anti hongos en aerosol, que podemos rociar sobre el toldo para evitar este desagradable incidente.
Un truco para que la suciedad no se agarre de la superficie del toldo es, luego de una buena limpieza y secado, rociarlos con apresto para la ropa. Esto hará que el agua de lluvia y la suciedad se "resbalen" del material.
Para mantener los toldos en buenas condiciones debemos recordar hacer lo propio con los alambres o los mecanismos de sujeción del toldo, aplicándoles productos que prevenga la aparición de óxidos y lubricando las partes móviles con productos adecuados.
"Los toldos son una buena manera de preservar la intimidad del hogar, bloqueando la visibilidad desde el exterior, aunque su función primordial es la de protegernos del sol y del calor excesivo."
Durante el invierno, cuando no necesitamos del toldo, podemos retirarlo de su estructura en lugar de dejarlo recogido. Esto ayudará a mantener los toldos en buenas condiciones y prevenir que se deterioren por el frío o las nevadas. Antes de guardarlos, asegúrate de limpiarlos en profundidad, y de dejarlo secar completamente. Luego, protégelo con bolsas plásticas para evitar que junten polvo.