Cómo regar las macetas
No es lo mismo regar las plantas del jardín que las macetas. Los pequeños cubículos donde se encuentran nuestras plantas administran de manera distinta la humedad, por lo que debemos saber cómo y cuándo hidratarlas.
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El riego de las plantas en macetas es algo diferente al riego de especies en tierra. Debemos aprender a hacer un riego adecuado para mantener nuestras plantas siempre en óptimas condiciones, y para minimizar el malgasto de agua.
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Las macetas mantienen el agua de riego por un período diferente al de las plantas que están en jardines o canteros. Además, el material de composición de la maceta será también diferente. Por ejemplo, las macetas plásticas suelen conservar más el calor, por lo que se propicia la evaporación de la humedad de tierra. Las macetas de terracota, por su parte, se componen de un material poroso que propicia menor retención de la humedad interior, aunque mantienen la tierra a menor temperatura, y más estable.
El riego de las plantas en maceta debe ser más regular y habitual. No es bueno inundar la maceta cada tanto, sino que la mejor idea es hacer un riego regular y constante, manteniendo la correcta humedad de la tierra en lugar de someterla a períodos de sequía y luego a una gran hidratación repentina.
Una técnica muy adecuada es el riego por goteo, en especial para quienes suelen olvidarse de la tarea o aquellos que se ausentarán por vacaciones u otros motivos. En el mercado encontraremos fácilmente elementos para instalar nuestro propio sistema de riego por goteo.
Para conocer el momento en que es necesario regar las macetas, podemos controlar la apariencia de la tierra, o bien introducir un dedo en la misma. No debe haber agua estancada ni demasiada humedad, pero tampoco debe haber sequía absoluta. Si este es el caso, es buena idea remover un poco la tierra muy seca, para hacer un riego más efectivo.
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La composición de la tierra y de todo el elemento debe ser la ideal. Al armar tus macetas, recuerda crear un buen sistema de drenaje, colocando piedras, grava o cerámicos rotos al fondo, y elige la tierra más adecuada para la variedad que vayas a plantar. Recuerda que, por ejemplo, si la tierra es demasiado arcillosa, puede que la planta no reciba suficiente agua, a diferencia de lo que ocurre en el suelo. Si la tierra, en cambio, tiene mucha arena, el riego se escurrirá rápidamente, deshidratando a la planta.
Como siempre, te recomendamos regar a última hora de la tarde o a primera hora de la mañana, cuando el sol está aún bajo y la temperatura de ambiente es fresca, para propiciar un mejor riego, menos estrés para la planta, y menos desperdicio de agua.