Cómo Cultivar Tomates

Aprende a plantar tomates en el suelo, en un cantero, o incluso en una simple maceta en el balcón siguiendo esta guía completa.

¿Por qué cultivar tomates?

Es una pregunta con una respuesta bien simple: ¡porque son deliciosos! Además son muy saludables y, ya que los cultivarás sin químicos, herbicidas o pesticidas, también aprovecharás mejor todas sus propiedades beneficiales.

Puedes prepararlos frescos, recién cortados, en una sabrosa ensalada combinándolos con hojas verdes, cebollas, o lo que quieras. Pero también ahuecarlos y rellenarlos con ensalada de patatas, con pollo cocido, con ensalada de huevo o lo que prefieras.

"Si vas a cultivar tomates en macetas de interior debes hacerlo desde la primavera, eligiendo un contenedor que mantenga la tierra a una temperatura cálida."

Tus hamburguesas quedarán más sabrosas agregándoles rebanadas de tomates frescos y orgánicos, y hasta puedes comerlos como una fruta muy refrescante en el verano, o usarlos para elaborar salsa de tomate, kétchup, sopa de tomate, chile picante y un sinfín de deliciosos platillos, sin mencionar sus enormes usos poco conocidos en rutinas de belleza y de salud. Conoce varias recetas haciendo clic aquí.

Tips para cultivar tomates

Lo primero es tener la semilla: la conseguirás orgánicas en viveros y tiendas de agricultura, además de entidades sociales de este rubro. Pero también puedes preparar tus propias semillas de tomate simplemente tomándolas de uno fresco, enjuagándolas y colocándolas entre dos toallas de papel absorbente húmedas. Mantenlas así hasta que comiencen a germinar, y en ese momento debes trasladarlas al suelo.

Si es verano y el clima es el ideal, corta una rebanada de tomate con muchas semillas y colócala en tierra preparada, para que germine acompañada de sus nutrientes naturales.

Una vez sembrado, sigue estos tips para cultivar tomates en casa:

Cuándo sembrar o plantar: Para plantar tomates necesitas un clima cálido, y una tierra que se mantenga a buena temperatura. En el suelo y en exteriores planta los brotes jóvenes, o siembra las semillas a mediados del verano. En macetas de interior debes hacerlo desde la primavera, eligiendo un contenedor que mantenga la temperatura de la tierra.

Nutrientes del suelo: La tierra necesita ser muy fértil. Prepárala agregando composta, fertilizantes adecuados y materia orgánica. Complementa la nutrición de un modo natural, por ejemplo, agregando cáscaras de banana y de huevo molidas, para aportar calcio a la tierra y evitar también la pudrición de las raíces tiernas.

Controla el riego: Esta planta es sensible a las quemaduras provocadas por el brillo del agua. Lo mejor es regar a primera hora de la mañana o luego del atardecer. En verano, hazlo a diario para mantener el suelo algo húmedo, y cada dos a tres días en invierno. Nunca enfangues la tierra ni riegues de más, pues la pudrición de la raíz es un problema muy común.

Luz solar: Sea en tierra o en maceta, asegúrate de que tus tomates reciban buena cantidad de sol, tanto como puedan, sin límite de horas por día. Si las tienes en interior o en maceta, recuerda rotarlas para que todos los lados de la planta reciban luz.