Cómo hacer Churros

Hay muchas formas de hacer churros; pueden ser planos, con forma de lazo o de estrella tubular. Pueden estar rellenos, o simplemente espolvoreados con azúcar, canela en polvo o chocolate rallado. Pueden freírse en aceite de oliva (como dicta la tradición), o también en aceite mezcla, de girasol, mantequilla o cualquier otra materia grasa. Y hasta basarse en harina de trigo, de maíz, o combinarse con patatas u otros sólidos que le den sustento. Con tantas variantes, no existe una única y definitiva receta de churros, sino tantas como costumbres hay en las familias que los preparan y consumen.

Para prepararlos, normalmente se usa un “jeringo”, una especie de jeringuilla (a menudo conocida como “churrera”) en cuyo extremo de salida se coloca un disco calado con la forma característica. La mayoría los hace en casa usando una manga repostera con una boquilla plana, circular y grande.

"Los churros pueden estar rellenos, o simplemente espolvoreados con azúcar, canela en polvo, chocolate rallado o lo que quieras."

Para rellenar los churros, normalmente se usa un jeringo con un disco que consiste en una caladura con forma de estrella y un tubo saliente al centro, de modo que al presionarse la masa quede con la forma por fuera, y hueca por dentro. Pero si no tienes este accesorio, puedes prepararlos macizos y, ya fritos y fríos, perforarlos al centro y a lo largo con un pincho grueso, creando así la hendidura para rellenar con cremas fluidas y aplicadas con una manga repostera.

Receta para hacer churros caseros

Para hacer churros en casa necesitarás:

- 250 gramos de harina de trigo
- 250 cc de agua
- 1 cucharadita de sal fina
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 1/2 cucharadita de polvo de hornear
- Aceite de oliva (u otro) para freír, en cantidad suficiente
- Azúcar, canela, chocolate en polvo u otros para espolvorear
- Dulce de leche, mermeladas, crema pastelera, crema de chocolate, crema de avellanas, mantequilla de frutos secos o lo que quieras para rellenar

Preparación de los churros

1. Por el agua en un cazo y calienta lentamente. Agrega la cucharada de aceite al agua.

2. En un bol grande o en la mesada, pon la harina en corona (con un hueco al centro). Espolvorea por encima con la sal y el polvo de hornear.

3. Cuando el agua esté a punto de romper hervor, retírala del fuego y viértela (con cuidado) al centro de la corona de harina, y comienza a integrar desde el centro con una cuchara de madera o una espátula, tomando la harina de los lados de a poco.

4. Cuando esté todo integrado y más fresco, amasa para lograr una masa elástica y lisa, no demasiado rígida.

5. Pon el aceite para freír en una olla espaciosa. Calienta suavemente.

6. Pon la masa (de a porciones si hiciera falta) en el jeringo o en una manga de repostería.

7. Prepara la encimera apenas espolvoreada con azúcar o colocando un corte de papel enmantecado (o de hornear), y presiona el jeringo para ir formando los churros. Córtalos con un cuchillo humectado en aceite, al tamaño deseado. Cuida que el aceite no se queme ni libere humo, quitándolo del fuego si te estás demorando.

8. Los que estén listos, puedes llevarlos al aceite caliente, sin encimarlos en la olla. Fríelos de ambos lados hasta que se doren de forma pareja (no deben quedar de color oscuro, sino sólo dorados).

9. Ya listos, retíralos del aceite hacia un papel absorbente.