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Cómo evitar discusiones con nuestra pareja

Cómo evitar discusiones con nuestra pareja

Si las discusiones con tu pareja se vuelven una constante, hay dos opciones: tomar las riendas del asunto e intentar recomponer la relación, o tirar todo a la borda. Si eliges la primera, ten presente estos consejos.

100% me gusta (7 votos) 30/08/13 por Franco

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Consejos para evitar discutir con nuestra pareja

Pocas cosas desestabilizan más a una pareja que las discusiones, sobre todo si son reiteradas o con cierta regularidad. Estas generan una actitud y una predisposición muy negativa, y por ello es tan difícil una solución definitiva. El problema es que si no la encontramos, la relación terminará por resentirse, a veces de forma irreversible.

Lo mejor es actuar en pos de dicha solución. En este difícil camino hay algunas recomendaciones que nos pueden ser de suma utilidad para encontrar la salida buscada.

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8 claves para evitar discusiones en pareja

  • 1. El principio de solución pasa por ir a la raíz de las cuestiones que nos generan malestar con nuestra pareja, ver qué nos molesta del otro. Una vez identificados estos puntos de conflicto, hay que intentar simplificarlos lo máximo posible.
  • 2. El problema principal de no arrancar lo que nos molesta de raíz, es el hecho de que si las miramos objetivamente, gran parte de las discusiones que seguimos teniendo con nuestra pareja se basan en excusas que pretenden abordar una y otra vez una herida que no terminó de cicatrizar. Se buscan distintas formas de achacar siempre el mismo o los mismos reproches, y lo que podría ser sólo una discusión se convierte en decenas.
  • 3. La razón de ser de una pareja es el sentimiento que la une, por lo que pujar permanentemente para ver quien tiene, o quién se queda con la razón ante un problema, está reñido con este principio.
    Una de las claves más importantes para evitar la hostilidad es lograr hacerle saber al otro lo que nos molesta, sin ser ofensivos y sin perder el control.
  • 4. La escucha mutua es fundamental. No se trata de acceder a cosas que no queremos hacer sólo porque nos lo pide nuestra pareja. En casos puntuales y simples, podemos ceder, pero esto no debe convertirse en algo habitual.
    Muchas veces no somos capaces de aceptar que nuestra pareja tiene razón sobre un tema, por el sólo hecho de no querer perder la batalla. Esto habla de nuestras nulas intenciones de resolver conflictos.
  • 5. Dilatar en el tiempo el abordaje de situaciones que nos molestan y que implican discusiones diarias no es una buena opción. Hay que buscar un punto de acuerdo inmediato, y cuando los ánimos estén más calmados, la solución será mucho más probable.
  • 6. Partiendo de la máxima de que la vida en pareja no es un juego de poderes, es fundamental aprender a controlar nuestro ego. Esto implica aprender a ceder cuando es necesario para facilitar una solución o evitar largas e improductivas discusiones.
  • 7. Pocas veces tenemos en cuenta que una discusión debe ser un puente para resolver un conflicto y no un agravamiento de la situación. El camino correcto en una discusión es buscar una solución que satisfaga a ambas partes. Se debe evitar por todos los medios discutir ofendiendo; sólo dañará más la relación y no lleva a ningún lado.
  • 8. Es esencial desarrollar la capacidad de reflexionar justo en el momento en que notamos que la situación adquiere un cariz perjudicial. En caso de no encontrar ningún recurso para detenernos a reflexionar, no debemos negarnos a acudir a un profesional que nos ayude en este tema. Es imposible recuperar la relación si no aprendemos a convivir de manera más respetuosa y adecuada con nuestra pareja.

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