Tips para planificar tareas de acuerdo a tu timming
Hay tareas que nos llevan mas tiempo que otras, y saber exactamente cuántos minutos será de gran ayuda. Aprende a establecer tu timming propio para organizar la jornada.
Parte muy importante de la planificación de nuestro accionar está en establecer el timming propio
Organizando tu propio timming
Además de establecer la lista de cada tarea que se haga necesaria para el cumplimiento de una meta, parte muy importante de la planificación de nuestro accionar está en establecer el timming propio, es decir, el tiempo que deberemos disponer para cada actividad. Ya sabemos que la diferencia entre un sueño y un objetivo es el tiempo que establecemos para cumplirlo; de igual modo, la diferencia entre un plan posible y uno casi “imaginario”, estará en comprender nuestros tiempos y agregarlos a la planificación de nuestra jornada.
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Primer paso, planificar
No saltees este paso. Puede sonar obvio, quizás demasiado como para que se lo tome con la seriedad que merece. Pero hasta tanto no te hayas acostumbrado a la mecánica de planificar antes de comenzar tu jornada, hacer literalmente la lista de las tareas necesarias para cada meta por alcanzar ese día será fundamental.
Lo mejor es hacerlo a mano, es decir, escribir la lista en un papel. En estos tiempos de tecnologías, seguro que suena bien usar las apps de los teléfonos móviles o del ordenador, pero el escribirlas te ayuda a recordarlas mejor, a fijar los conceptos y a tener una visión más clara de la mecánica, al menos al principio.
"Escribir a mano la lista de tareas te ayuda a recordarlas mejor, a fijar los conceptos y a tener una visión más clara de la mecánica."
Estableciendo tu propio timming
Observa tu lista, y plantea cuánto tiempo debería llevar cada tarea. Apunta un lapso temporal razonable, ni demasiado prolongado, ni tampoco tan escueto que necesitarías una suerte de súper poderes para cumplirlo. Es decir, si una de las tareas anotadas en tu lista de planificación fuera acomodar las facturas pagas y las impagas para organizar tus gastos semanales, sabes que esta labor no debería llevar más de 30 minutos de reloj, y que no puedes esperar hacerla en 3 minutos y ya.
Si aún no conoces tus propias habilidades, puedes implementar un “ayuda memoria”, un cuaderno donde apuntes las tareas que vayas realizando, y el tiempo que te ha llevado hacerlas. Conserva esta lista a la vista, de modo de que al hacer tus nuevas planificaciones tengas una idea más específica de cuánto tiempo debes destinar a cada una. Proponte, al mismo tiempo, ir haciendo esas mismas tareas cada vez en menos tiempo, para mejorar tu eficiencia lentamente, y con seguridad.
Recuerda incluir en tu agenda de actividades el tiempo necesario (y recomendable) para descansar, para comer sin prisas, para ejercitarte o socializar, y para hacer las actividades que renueven tus energías y te permitan mayor enfoque. Lo cierto es que la mayoría de las personas falla en agregar a su planificación los tiempos de pausas, la hora (o la media hora) para el almuerzo, y todas estas tareas que, en definitiva, son las que nos permiten mantenernos enfocados y productivos. ¡No las descuides ni las dejes libradas al azar!
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"Si aún no conoces tus propias habilidades, apunta las tareas que vayas realizando y el tiempo que te ha llevado hacerlas."
Aprovecha tu tiempo
Por último, ya que tengas la lista de los pendientes, y el tiempo establecido para cada una, organiza las acciones de modo de cumplir la mayor cantidad de ítems posibles en el menor tiempo que puedas. Si hay labores que requieren de sólo algunos pocos minutos (no más de 5), hazlas ya mismo, y no las dejes para después. Cuando vayas eliminando asuntos de tu lista, verás que te sientes más motivado y que terminas la jornada con mucha más satisfacción, visualizando tus logros, y te dará enorme energía para seguir adelante con tu día, o para ir a la cama a dormir mucho más tranquilo sabiendo que tienes más tiempo libre en la siguiente mañana.