Cómo Armar un Florero

Aquí te contamos algunos tips simples y útiles para que puedas crearlo como si fueras todo un profesional.

Cómo elegir el contenedor

Como florero puedes usar, prácticamente, cualquier contenedor. Puede ser uno convencional, un jarrón, un bote, incluso vasos o botellas de buen aspecto. El recipiente debe ser adecuado a la cantidad y dimensiones de las flores, la mitad a dos tercios de la altura de su parte visible, al menos, para dar un pie elegante y llamativo.

Recuerda siempre armarlo en contenedores limpios, esterilizados de ser posible, y que tengan un cierto peso para sustentar la pieza final. Si vas a usar algo más liviano, coloca piedras del jardín o algo que le brinde buen peso a la base, procurando que no sean elementos que puedan cambiar la química y composición del agua (como monedas o vegetales). La seguridad es siempre lo primero.

"Recuerda siempre armar floreros en contenedores limpios, esterilizados de ser posible, y que tengan un cierto peso para sustentar la pieza final."

Detalles que destacan

Al armar un florero, juega con los colores propios y con los del ambiente donde vayas a lucirlo. Puedes hacer contrastes llamativos que quedarán fenomenal en habitaciones neutras o minimalistas, con una pequeña explosión de color en cada rincón. Otra idea es poner flores individuales en objetos pequeños (como vasos o botellas), para ocupar el espacio en una gran ménsula, en lugar de colocar algunas sueltas que se pierdan en un ambiente grande.

Para la buena fortuna, recuerda tener flores en números impares. Complementa con ramitas de follaje o con hojas, también en números impares. No se trata sólo de superstición, sino que esta cantidad permite, en reglas generales, lograr composiciones más estéticas, y que se luzcan mejor desde múltiples puntos de vista.

Claves para armar un florero

Piensa en el contenedor al momento de comprar las flores, adecuando ambas partes. Al llegar a casa, prepáralo y colócale agua limpia, fresca y con los agregados que uses (como aspirina molida, una gotita de cloro o lo que prefieras usar). Abre el grifo, coloca los tallos allí (o dentro de un cuenco con agua) y corta la base en diagonal de cada flor debajo del agua. Las flores de tallo grueso pueden ser cauterizadas con el fuego de la cocina o de una vela, para que duren más tiempo.

Inmediatamente luego de cortar cada flor, ve colocándola en el agua. Nunca las dejes sobre la mesada, pues absorberían aire acortando su vida. Una vez cortados y sumergidos los tallos, retira las hojas que queden en contacto con el agua, ya que favorecen la pudrición y afean la pieza final.

Si quieres acomodar mejor las flores, puedes colocar cinta adhesiva formando un cuadriculado en la boca, o usar esponja vegetal o pequeñas piedrecillas que ayuden a mantener los tallos en el sitio y altura que prefieras. Podrás disimularlos luego con algo de follaje, grandes hojas, o usando recipientes opacos.