Redactar es la capacidad de exponer información de manera acertada y con sentido, para que otros puedan comprender; además de ser una forma de comunicación. Ahora bien, un escrito jurídico es una herramienta en la que expresamos lo que pensamos para alcanzar la certeza judicial después de manifestar ciertos argumentos.
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Construir un texto jurídico, independientemente de si es un artículo o un escrito de índole procesal, requiere de cierta habilidad y creatividad según el objetivo que se tenga planteado. Por esto se deben considerar un conjunto de ideas esenciales al momento de escribir, teniendo presente que la finalidad primordial cuando se redacta cualquier tipo de texto es transmitir un mensaje. Si esto no se consigue, lo escrito carece de valor.
Pasos para redactar un texto jurídico
Para escribir un texto jurídico debes concretar tres pasos importantes que se describen en los apartados a continuación.
1. Especificar y organizar las ideas
Previo a la redacción es necesario crear una estructura que incluya las ideas primordiales que deseamos plasmar en el documento. También se debe analizar el proceso, así como elegir las razones que den soporte a los objetivos planteados, redactando estos de una manera concisa, organizada y persuasiva.
Al escribir un texto jurídico se debe gestionar información de diferentes fuentes y que en algunas ocasiones están disgregadas como leyes, doctrinas, jurisprudencia, base de datos, libros, artículos, etc. Por esto se tiene que tener cierta experticia al utilizarlas.
Al tener muy claras y establecidas las ideas, se debe continuar con la homologación de contenidos, así como con la comprobación de que no existen contradicciones. Posteriormente, se hará una revisión del texto, no solo para realizar correcciones de forma (ortografía y gramática) sino de fondo, lo que llevará a reescribir el texto o parte de este una y otra vez.
2. Escribir con simpleza, transparencia y claridad, sencillez y precisión
La capacidad de convencimiento que puedas plasmar en un escrito jurídico depende básicamente del impacto que tengan los argumentos que se presentan en el documento. Por esta razón, la presentación debe ser simple, transparente y muy concisa, que no tienda a confundir. De esta manera llega con vehemencia a los clientes y difunde una buena imagen del abogado o despacho.
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Consejos para redactar un texto
En un texto jurídico el rigor técnico y la comprensibilidad no deben ir de la mano. Si bien la expresión debe ser clara, las palabras tienen que ser las adecuadas y el orden de las ideas no debe crear confusión.
Los hechos se deben exponer en orden cronológico, todo debe estar basado en el derecho y se tiene que resaltar de manera apropiada lo que se quiere lograr. Todo esto debe plantearse, de forma que el juez pueda comprender fácilmente lo que ha ocurrido, así como los argumentos jurídicos. Y de ser posible, debe ser tan convincente que logre poner al juez en el lugar de quien lleva la causa.
Tanto la forma como el fondo del texto deben ser correctos. Es decir, evitar descalificaciones o cualquier tipo de confrontación directa con el juez o con las partes que formen parte del litigio.
Los textos deben ser cortos, sin redundancias y deben centrarse en los argumentos que sean realmente importantes y agreguen valor.
Para alcanzar el objetivo en cuanto a la redacción de este tipo de textos, es preciso seguir algunas recomendaciones básicas:
- Usar un léxico enriquecido.
- Utilizar términos precisos.
- Debe prevalecer la coherencia en las frases.
- Evitar las redundancias y repeticiones.
- Los párrafos deben ser cortos.
- Usar la voz activa y evitar todo lo posible, emplear la voz pasiva.
- Tratar de no usar palabras pomposas y recargadas, así como extranjerismos o latinismos.
3. Revisión de los documentos y rectificación de errores
Releer con detenimiento el texto una y otra vez es fundamental cuando se redacta, no solo para corregir errores ortográficos o fallas gramaticales, sino que debe hacerse una revisión de las ideas, de la forma en la que fueron expuestas y del lenguaje utilizado. El estilo debe combinar una redacción sencilla y clara con la técnica jurídica adecuada.