Cómo ser Coach para tus Hijos
¿Te gustaría ser coach para tus hijos? Seguro es un deseo de todos los padres. Aprende cómo lograrlo con estos consejos
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Ser coach de los hijos implica estar presentes en cada paso, pero también ayudarlos a que sean autónomos
Cómo Ser el Mejor Coach para tus Hijos
¿Sabías que puedes convertirte en un entrenador de lujo para tus niños? Así es, se puede ser un coach para los hijos y lograr que se transformen en futuros hombres y mujeres de bien.
El objetivo principal es que los pequeños sean independientes y autónomos a temprana edad. Esto no quiere decir que no nos importarán más ni que dejaremos de ocuparnos de ellos, pero si que cada vez les daremos más tareas para que hagan por si mismos. ¿Crees que esto es imposible?
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Cómo lograr una buena comunicación entre padres e hijos
Bueno, en realidad, es un poco difícil si pensamos que nuestros hijos siempre serán bebés y carentes de capacidades. Los padres que hacen todo por ellos, les dan todo servido en bandeja y solucionan sus problemas, están formando adultos que luego no sabrán cómo afrontar las situaciones que van ocurriendo.
Con la errónea política de la “no frustración” de los niños, los malcriamos y no los dejamos avanzar. Ser entrenador de los pequeños es ayudarlos a crecer y a valerse cada vez más por ellos mismos, eso sin dejar de acompañarlos a cada paso para seguir motivándolos, ofreciendo consejos y colaboración cuando algo no resulta.
Tips para ser coach de tus hijos
Según los expertos en coaching (a cualquier nivel), el entrenador debe ser responsable, predicar con el ejemplo y tener experiencia en ciertas cuestiones. Claro, porque de lo contrario, ¿cómo podría enseñar algo interesante?. Por otra parte, es bueno tener un objetivo en mente, que se puede planificar entre coach y alumno. Sin dudas, todo esto mejorará la relación entre padres e hijos.
"El objetivo principal de ser un coach para los hijos es que los pequeños sean independientes y autónomos a temprana edad."
Para ser coach de tus hijos no debes olvidar la observación de sus acciones y reacciones
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Aquí tienes algunos consejos para ser un coach para los hijos:
Asume la postura de líder: No de dictador o jefe. La diferencia radica en que el líder acompaña a su equipo y el jefe manda y da órdenes. En ciertas etapas de la vida, sobre todo la adolescencia, lo que menos quieren los jóvenes es que se les diga qué tienen que hacer. Sin embargo, si explicas las razones o estás al lado de tus hijos en los momentos críticos, será más sencillo que puedan “hacerte caso” o bien seguir tus consejos. No tiene sentido adoctrinar a los niños y moldearlos como pretendemos que sean sin primero estar capacitado. Recuerda que los hijos aprenden por imitación y no por sermón.
Fomenta su independencia: La zona de confort que los padres le otorgan a los hijos (siempre con buenas intenciones), no los ayudan a superarse y a valerse por ellos mismos. Por ello, si quieres ser un coach para tus hijos es bueno que los instes a enfrentar retos y desafíos por sus propios medios. Invita a que tome decisiones, no pienses por ellos, deja que se equivoquen o que analicen los pro y los contra de cada situación.
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La difícil tarea de ejercer la autoridad con nuestros hijos
Celebra sus logros al ser coach de tus hijos: Un buen entrenador está presente en cada paso de los alumnos y se alegra cuando les va bien. Al recibir una buena calificación, lograr algo que le costaba mucho, obtener un premio o simplemente demostrar que está madurando y haciendo las cosas bien, sería bueno que lo festejaran. Puede ser con una película, un libro o un dulce. Pero atención, no caigas en el error de regalarle cosas todo el tiempo porque en realidad, el logro en si ya tendría que ser el mejor presente. También es bueno que analicen juntos el no-logro (mejor que decir el fracaso, una palabra muy fuerte). Preguntarse qué ha ocurrido, lo que se hizo y lo que no, de qué manera se puede actuar la próxima vez y qué hemos aprendido con ello.
Escúchalos más: Otro de los tips para ser un coach para los hijos tiene que ver con abrir más los oídos y los ojos, y cerrar más la boca. Presta atención a lo que te dicen, analiza sus emociones, sus reacciones, sus movimientos. No siempre las cosas se demuestran con palabras, sino en la mayoría de los casos con acciones. Deja de lado el móvil o la televisión cuando estás con tus hijos, fomenta la conversación en la cena, siéntate frente a ellos en el sofá y deja que hablen y cuenten qué les pasa.
Sé acorde a tus acciones: Esto quiere decir que no puedes decirle a tus hijos que hagan una cosa y termines tú haciendo todo lo contrario. Recuerda que el refrán “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago” es un mal ejemplo para tus niños. Si les dices que no arrojen un papel al suelo en la calle y tú lo haces, ¿cómo crees que actuarán?. Igual que tus acciones, no que tus palabras.
"Siempre es bueno tener un objetivo en mente, que se puede planificar entre coach y alumno. Sin dudas, todo esto mejorará la relación entre padres e hijos."
Ayúdalos cuando tienen miedo: En cada etapa de la vida tenemos diversos tipos de miedos. Los niños y jóvenes pueden temer a la muerte, a los fantasmas o a los ladrones. Lo importante es que se sientan cuidados a tu lado, que nada malo les sucederá y que pueden contar contigo en los malos momentos.
Para ser coach de tus hijos es preciso empezar a pensar como entrenador, y al mismo tiempo, como consejero, sin dejar de brindar el apoyo y amor en ningún momento.