¿Qué es la nictofobia y cómo afecta a los ancianos?

Aunque los adultos son conscientes de que deben enfrentarse racionalmente a sus preocupaciones, a menudo es difícil que las superen por completo debido a posibles traumas infantiles. En estas circunstancias, es aconsejable acudir a un especialista con experiencia que pueda ofrecer ejercicios y consejos útiles para superar, en este caso, el miedo a la oscuridad.

¿Qué es la nictofobia?

Los adultos que tienen miedo a la oscuridad tienden a alejarse de las zonas poco iluminadas y suelen dormir con pequeñas luces para no quedar a oscuras por completo. Incluso, el mero hecho de pensar en un entorno oscuro es suficiente para provocar ansiedad.

Un individuo nictófobo cree que estar en la oscuridad conlleva riesgos específicos, lo que le impide actuar con normalidad. Para saber si alguien sufre de este trastorno conviene hacer el nictofobiatest en ancianos y determinar si se requiere terapia o ayuda profesional. En este sentido, existen servicios especializados como los de Beeping, quienes se pueden encargar de ofrecer cuidados personalizados y a domicilio.

El factor clave que contribuye al miedo de las personas mayores a la oscuridad puede ser su miedo a morir. La mayoría de los niños pequeños experimentan nictofobia por temores a monstruos, personajes fantásticos o a lo desconocido.

Este trastorno también puede empezar en la edad adulta y manifestarse, incluso, en la vejez, como ya se ha mencionado, sobre todo si la persona mayor está sola. Pero, sus motivos son muy distintos a los miedos infantiles o a lo irracional. Temen por su salud y su vida, la cual creen que está llegando a su fin.

¿Cómo se detecta la nictofobia en ancianos?

Para conocer si un anciano o una persona mayor (incluso un adulto) sufre de nictofobia, existe un test que ayuda a determinar si la patología está presente o no. Este examen también permite cuantificar el grado del trastorno de miedo a la oscuridad.

Este enfoque terapéutico usa un examen con determinadas preguntas para una respuesta cerrada. Por lo general, si o no. Asimismo, se le pide al sujeto que identifique de menos a más, el nivel de ansiedad o miedo que le causa la oscuridad.

¿A qué se debe el miedo a la oscuridad en los ancianos?

El miedo o fobia a la oscuridad no es exclusivo de niños y de ancianos. Lo padecen, por igual, personas de todas las edades. Durante los episodios fuertes, genera mucha ansiedad y no permite descansar o llevar una vida normal.

Muchos niños que padecen nictofobia lo pierden a medida que crecen, pero muchos la conservan como parte de situaciones vividas en la infancia o este reaparece cuando se llega a la tercera edad.

Pero, ¿por qué reaparece cuando la persona es anciana? Los factores son múltiples y variados y dependen de cada individuo y sus situaciones particulares.

Por lo general, en los ancianos, la nictofobia genera cuadros de ansiedad muy grandes ligados a dos factores básicos: el miedo a la soledad y los riesgos que esta puede traer a sus vidas. Es decir, el temor a la muerte o a episodios de enfermedad que puedan afectarlos durante la noche.

Como todos los miedos, la nictofobia (aunque tiene una base real de las situaciones particulares vividas) es irracional y solo puede corregirse con ayuda de un psicólogo o un psiquiatra que determinará la terapia a seguir o si se requiere alguna medicación.