Cómo reparar pequeños golpes en las paredes
Un pequeño golpe en la pared puede arruinar toda una decoración. Pero no hace falta contratar a un experto para repararla, aquí te explicamos cómo hacerlo con el mejor resultado posible.
Cómo corregir golpes y daños en las paredes
Es habitual que en casa nos encontremos con pequeños golpes y daños por haber movido muebles, manchas de nuestros animales o niños, etc.
Normalmente procedemos a pintarlo encima, aunque el resultado no será el más adecuado. Por ello, en este artículo vamos a intentar explicar el mejor modo de proceder para corregir daños y golpes en paredes.
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Materiales
Para realizar este proceso, deberemos contar con algunos materiales, como espátulas (al menos dos tamaños: 4 y 10), brocha, esponja, masilla de pintor, pintura del mismo color que el resto de la pared, lija y, en caso de paredes rugosas, un trozo de corcho blanco (poliestireno)
Primer paso para corregir golpes en paredes
Primeramente, debemos sanear la parte donde se ha producido el desperfecto, eliminando la pintura y el polvo que haya podido quedarse alojado. Dependiendo del estado, es posible que necesitemos pasar una lija para que no queden rebordes que estropearán nuestro resultado final.
"Para no equivocarnos a la hora de elegir la pintura, debemos tener en cuenta su número de referencia."
Ayudados por la espátula, vamos rellenando las imperfecciones con la masilla de pintor. Dejamos que seque, y procedemos a aplicar una segunda pasada con la masilla, con el objetivo de que todo quede lo más liso posible. Una vez que seque esta segunda pasada, repasamos la zona con la lija para que se quede lo más liso posible.
Seguidamente, pasamos a aplicar un poco de pintura diluida sobre la zona de la masilla para que agarre bien y rellene los poros. Esta mano se realizará de forma rápida y sin buscar un acabado perfecto, puesto que todavía nos queda la pasada final, que será donde corrijamos los pequeños detalles que nos hayan quedado.
Si es posible, en lugar de esta pintura, podemos aplicar un poco de imprimación, aunque lo más normal es que no tengamos este producto a mano, y tampoco vale la pena comprar todo un bote si el rasguño es pequeño.
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Para no equivocarnos a la hora de elegir la pintura, debemos tener en cuenta que estas suelen tener un número de referencia que conviene guardar para poder dirigirnos de nuevo al fabricante y solicitarla. Hoy en día, las fábricas más profesionales cuentan con maquinaria adecuada que nos permitirá conseguir un tono lo más coincidente con nuestros criterios, generando un código nuevo por si necesitamos volver a conseguir de nuevo más pintura.
Acabado final para borrar el golpe
Por supuesto, queremos que nuestro trabajo rinda frutos del mejor modo posible. Para ello, es importante esmerarse en este último apartado.
Generalmente, nuestras paredes no son completamente lisas, sino que suelen tener un ligero granulado. Para simularlo, aplicamos un poco de pintura espesa, y podemos utilizar el corcho blanco. Lo partimos y, con la parte que resulta de ello, vamos simulando este granulado sobre la capa de pintura. Podemos repetir el proceso si lo consideramos necesario, hasta obtener el resultado más parecido al resto de la pared.
En el caso de paredes con gotelé, podemos ayudarnos con masilla y una esponja con poros, ya que al poner la esponja sobre la masilla todavía fresca, ésta irá adquiriendo una forma parecida al resto de la pared.
"La experiencia es un grado importante, por lo que las primeras veces puede que no quede perfecto."
Con estos sencillos pasos, podremos reparar estos pequeños golpes sin la necesidad de recurrir a un profesional y sin tener que pintar toda la pared de nuevo. No obstante, y al igual que en cualquier trabajo de bricolaje, la experiencia es un grado importante, por lo que las primeras veces puede que no quede perfecto, pero en cuanto hayamos hecho unos cuantos, al final, ni nosotros mismos podremos saber dónde se encontraba el daño.