Técnica Fácil para Imitar el Galvanizado

Bases de este método casero

Para lograr una imitación de galvanizado que se vea sensacional, lo primero es acondicionar la superficie. No debe quedar lisa y pareja como lo desearías para imitar otros metales, sino que necesita tener algunas rugosidades e imperfecciones que le den esa textura inconfundible.

Aplica esta técnica en superficies plásticas y metálicas, para lo que necesitarías usar pintura de esmalte sintético (en aerosol es mucho más fácil de aplicar), o bien en maderas, cartones y otras afines, sobre las que puedes usar pinturas látex o acrílicas, que son mucho más económicas y tienen un menor tiempo de secado.

"La superficie no debe quedar lisa y pareja como lo desearías para imitar otros metales, sino que necesita tener algunas rugosidades e imperfecciones que le den esa textura inconfundible."

Para tratar las superficies, simplemente golpéalas con un martillo, cadenas gruesas o lo que prefieras, creando pequeñas imperfecciones aquí y allá que convertirán ese cajón de madera simple en un contenedor de galvanizado que parecerá costar cientos de billetes.

Pasos para galvanizar objetos

1. Prepara la superficie creando las imperfecciones que desees, enteramente a tu gusto.

2. Aplica una capa de sellador-fijador al agua, si la madera o la superficie es porosa y virgen, para que la pieza luego luzca mejor.

3. Aplica una capa de pintura en tono gris metalizado o metálico plateado claro (también puede ser gris claro, si es lo que tienes), ya sea en esmalte en aerosol o en pintura látex. Deja secar bien.

4. Analiza si necesitas aplicar una segunda capa de pintura metalizada en tono plata claro. No elegimos usar una plateada o imitación espejo porque el resultado sería demasiado brillante, y el galvanizado no lo es. Ten en cuenta que, en algunas superficies, cuanto más “gruesa” es la pintura (dos o tres capas), mejor se percibirán las imperfecciones creadas.

5. El toque final de esta técnica imitación galvanizado es “oxidar” el metal. Para esto, toma una esponja vegetal o una común, rompiéndola o quemándola con clavos calientes para darle la textura de una lufa o esponja vegetal, y toma un poco de pintura de tono óxido (marrón + rojo), descargando el excedente de pintura sobre un paño absorbente de papel. Luego, dale pequeños toquecitos sin arrastrar sobre la superficie, particularmente en los bordes y aristas, imitando el óxido propio del paso del tiempo. Usa poca pintura, aplicando varias veces si fuera necesario, en lugar de usar tanta, lo que no daría esa imitación de óxido que buscamos.