Cómo estimular al niño durante el baño
El momento del baño es ideal para jugar y estimular al pequeño de manera integral.
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El baño del niño
Bañar al niño no debe tener como único objetivo higienizarlo, ya que este momento es ideal para lograr un contacto especial entre el pequeño y los padres, en el cual se pueden brindar gran variedad de estímulos para transformar a esta rutina en una experiencia enriquecedora.
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Es importante que el adulto encargado del baño, ya sea la mamá o el papá, se encuentre tranquilo y dispuesto, ya que el bebé percibe todo. Así, se sentirá sostenido de manera segura y estará tranquilo bajo la mirada del adulto, lo que le permitirá disfrutar plenamente del baño.
Entonces, esto nos da la pauta que los adultos son el sostén del pequeño, tanto físico como emocionalmente, y esos sentimientos de confianza y seguridad son indispensables para lograr un buen vínculo con la otra persona.
"Bañar al niño no debe tener como único objetivo higienizarlo, ya que este momento es ideal para lograr un contacto especial entre el pequeño y los padres."
Consejos para estimular al niño durante el baño
Los estímulos que le brindamos al bebé, ingresan al organismo a través de los sentidos. Teniendo en cuenta este concepto, es que de acuerdo a la edad del niño, podemos realizar diferentes actividades e incorporar algunos objetos durante el baño para poder estimularlos.
En los primeros meses de vida, tanto el agua como la temperatura, posibilitan al bebé experiencias sensoriales nuevas, que le permiten marcar el límite de su cuerpo. Las caricias por las diferentes partes del cuerpo le proporcionan al tacto la suavidad, y además, va individualizando cada parte de su cuerpo. Todo esto, combinado con un lenguaje adulto que evidencia cariño y seguridad, ayudará a ir construyendo su propio esquema corporal y a la formación de un bebé seguro con el mundo que lo rodea.
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Cuándo enseñar al niño ir al baño
La espalda es una de las partes mas sensitivas del cuerpo, al pasarle la mano, el jabón o una esponja, el bebé logra identificar una parte que no puede ver por sí mismo hasta los 8 o 9 meses más o menos. Cuando colocamos al bebé boca abajo para lavarle la espalda o la colita, le estamos brindando una posición a la cual no está acostumbrado, y una visión de las cosas diferente a la que ve cotidianamente. Al incorporar objetos para jugar en el agua durante esta etapa, no hay que olvidar que el campo visual de los bebés en este tiempo es pequeño (sólo ven a unos 30 cm.), pero su audición ayudará a identificar la aparición de los mismos.
Cuando ya es más grande y logra una mayor interacción con el adulto, este momento puede verse enriquecido con sonidos, olores, colores y formas a través de canciones, esponjas, juguetes, etc. Lo ideal es que los mimos permitan vivenciar suave-áspero, pesado-liviano, blando duro, con ruido-sin ruido, etc. De esa forma, además de experimentar, podrá ir elaborando sus propias conclusiones. Lo importante es apuntar al ver, oler, oír y tocar.
"En los primeros meses de vida, tanto el agua como la temperatura, posibilitan al bebé experiencias sensoriales nuevas, que le permiten marcar el límite de su cuerpo."
Al contar con 2 o 3 años, se puede incorporar espuma en el baño, ya que a esta edad el niño ya no suele tragar el agua de la bañadera. Esto le permitirá esconder cosas debajo del agua (pues con la espuma no las podrá ver) y luego buscarla. E incluso el adulto puede ir tocando alguna parte del cuerpo que el niño no ve para tratar de identificarla.
Lo fundamental es lograr que el baño deje de ser una rutina, para transformarse en una experiencia gratificadora, que permita la higiene, aprender y convertir este momento en algo deseado y esperado.