Cómo decorar al estilo japonés

Aprende las bases de la decoración en estilo japonés, y renueva tu hogar hacia uno más meditativo, relajante y práctico.

Características del estilo japonés en decoración

Pensamos en decoración japonesa e inmediatamente nos remontamos al minimalismo. Pero, si bien comparten la apreciación por lo simple y lo interior, son tendencias con ciertas diferencias. El estilo japonés no requiere de opulentas piezas de arte ni ostentosas tecnologías (a pesar de que la nipona es reconocida como la de más avanzada en el mundo entro). En lugar de ello, esta ambientación busca lo abierto y lo natural.

"El estilo japonés no requiere de opulentas piezas de arte ni ostentosas tecnologías, esta ambientación busca lo abierto y lo natural."

Es imperativo crear la mayor iluminación natural posible. Grandes ventanales y claraboyas en cada sitio se cubren apenas con cortinados livianos en papeles de arroz, o en telas de colores blancos naturales.
Para dividir los ambientes en una decoración japonesa, olvídate de grandes piezas de mobiliario, y prefiere cajones con cañas de bambú insertadas en piedras, biombos de papel de arroz o elementos pintados a mano en paisajes de campos de cerezos en flor.

En las ventanas, por seguridad o por clima, prefiere las celosías y los postigos de maderas de colores claros y cálidos, como la cereza o el pino laqueado.

Muebles para decorar al estilo japonés

Los muebles son simples, confortables y livianos, de baja estatura y despliegue horizontal. El estilo invita a minimizar el mobiliario, siendo suficiente sólo para albergar los bienes imprescindibles para la subsistencia y nada de ostentación ni demostraciones comerciales.

La mesa de comer, en formas elegantes y sobrias, y también la cama y el juego de living, se pueden posar sobre alfombras de tatami o fibras naturales, en lugar de mullidos tejidos. Para aplicar los preceptos del estilo japonés, evita lo artificial todo lo que puedas.

Los muebles se separan entre sí, multiplicando las funciones de cada habitación para ocupar el mínimo posible de espacio, y priorizando así la libre circulación de la luz y de las energías de la casa. Los pisos de madera y de piedras naturales nos ayudan en esta tarea, al igual que los muros limpios y en tonos claros. Las formas, a su vez, serán asimétricas en cada habitación, como lo es la propia naturaleza.