Cómo decorar una casa antigua

Analiza la casa antigua antes de decorar

Lo primero que debes hacer es analizar el estado general de la casa. Ya que es antigua, debes prestar especial atención a las paredes, techos y pisos, incluyendo ático y sótano, en busca de desconches y marcas de humedad, moho, hongos u otros males propios de la edad.

Recorre la casa papel en mano, anotando todo lo que veas fuera de la normalidad. Usa todos tus sentidos: golpea las paredes y escucha si se oyen huecas, y huele para detectar aromas de humedad, falta de ventilación u otros.

"Recorre la casa antigua con papel en mano, anotando todo lo que veas fuera de la normalidad."

Luego, haz las reparaciones y arreglos necesarios para dejar la casa lista para la decoración, y ponte a pensar opciones.

Colores para decorar una casa antigua

• Las casas antiguas normalmente lucían el blanco como color principal. Luego de los arreglos y la limpieza inicial, comienza a pintar los techos y muros, juntos con marcos y pisos, si fuera el caso.
• Ya que los techos son normalmente demasiado altos, analiza la posibilidad de colocar entrepisos, o bien píntalos de tonos más oscuros para "bajarlos".
• Los mejores colores para una vivienda antigua son los pasteles, pues los tonos demasiado vibrantes aportan una percepción de modernismo que se contradice con las molduras, azuletas y demás aspectos de su arquitectura.
• Lo más apropiado es aplicar como base colores pastel y dar los detalles coloridos mediante la decoración: muros de color salmón, con un techo un tono más oscuro, muebles de maderas naturales, y una gran alfombra roja por debajo de la mesa del comedor.

Estos detalles dependen del gusto de cada uno y del estilo que se busque crear.

Recupera lo original 

Si en la vivienda hubiera muebles, marcos o puertas y ventanas originales, de bellísima madera, lo mejor es recuperarlos. Lija y aplica removedor para retirar la pintura vieja, y lustra o aplica la pátina deseada.

Para recuperar las maderas resecas repasa con leche tibia o con aceites naturales, de linaza, de nueces machacadas o incluso aceite comestible (el de oliva es mejor), para devolverles su brillo original, hidratarlas y recuperarlas a todo lujo.