Como cortar las flores adecuadamente
Consejos y técnicas para cortar las flores para que sufran menos y duren más tiempo.
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Algunos trucos para cortar las flores sin dañar la planta y duren más tiempo sin secarse
Cómo Cortar las Flores
Aunque tal y como lo indica el refrán popular, "no hay flor más bella que la que aún está en su planta", debemos admitir que cultivamos nuestras flores para disfrutarlas en el jardín, aunque también en el interior de nuestro hogar. Sin embargo, y pese a nuestro cuidado, a veces el desconocimiento de las técnicas correctas para cortarlas puede poner en peligro el bienestar de la planta, como así también minimizar la perdurabilidad de la flor cortada.
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Consejos para cortar las flores
Si quieres una flor que impacte en el mismo día de la cosecha, corta aquellas que están en su punto máximo de desarrollo. Pero si lo que deseas es tenerlas decorando tu hogar durante algunos días, corta los capullos y botones antes de que se abran o terminen de hacerlo, para que culminen su maduración en el florero.
La forma de cortar las flores depende de la variedad de la planta. Por lo general, procura hacer un corte recto y limpio, en un movimiento rápido de la tijera (una de podar, bien afilada) para minimizar el daño a la planta. El corte debe ser a 45 grados de inclinación.
Si el tallo de la flor tuviera pequeñas ramitas o brazos con hojas, corta siempre por encina de los mismos. Por ejemplo, si vas a cortar una rosa, hazlo apenas por encima de un brazo con cinco hojas, para no contrarrestar el desarrollo posterior de este tallo.
"La forma de cortar las flores depende de la variedad de la planta. Por lo general, procura hacer un corte recto y limpio, en un movimiento rápido y a 45º de inclinación."
El mejor horario para cortar las flores es por la mañana temprano, o luego del atardecer, para evitar el calor excesivo que aumenta la necesidad de hidratación, que hará que la flor luego se deshidrate más velozmente, minimizando su perdurabilidad en el florero.
Un truco es cortar las flores teniendo cerca un cuenco con agua. Si fuese posible, sumergiremos el tallo y cortaremos dentro del agua. Si no fuera posible, cortaremos la flor e inmediatamente la pondremos en líquido, para evitar que alguna minúscula burbuja de aire suba por el tallo, haciendo una embolia y debilitando el cuello de la misma.
