Cómo hacer tus propios cuadros para decorar a un bajo costo

El arte personalizado tiene doble fin, hacer objetos personales y decorativos, y decorar a un bajo costo.

Cómo hacer tus propios cuadros para decorar a un bajo costo

Al hacer tus propios cuadros no sólo estarás ahorrando, sino que también puedes personalizar tus ambientes de manera ejemplar

Arte personalizado y económico

Todo se vale en la decoración del hogar, en especial cuando se trata de ahorrar dinero y de crear al mismo tiempo un ambiente personal, original y único en todo aspecto. El ingenio y la creatividad tienen mucho que ver con ambas cosas. Al hacer tus propios cuadros no sólo estarás ahorrando, sino que también puedes personalizar tus ambientes de manera ejemplar. Incluso, sirve para realizar actividades en forma sistemática y, en el proceso, vender tus obras y ganar buenos billetes en ello.

Hay muchas técnicas que puedes emplear para crear tu propio arte. Puedes lograr diseños originales utilizando materiales reciclados, o viejas prendas de vestir, dándole a cada elemento un nuevo uso, de modo que resulte en piezas absolutamente originales.

"Puedes lograr diseños originales utilizando materiales reciclados, o viejas prendas de vestir, dándole a cada elemento un nuevo uso."

Bastidores para colocar los cuadros

Una técnica para la creación de arte personalizado, ya sea para vestir las paredes de tu hogar, tu oficina o, incluso, para dividir ambientes con piezas de tamaños adecuados, es la técnica del bastidor. Puedes crear un marco simple, descripto como un simple cuadrado realizado con listones de madera, de metal, de plástico o del elemento que fuera. Los listones de madera son, además, muy económicos. Crea un simple marco o cuadrado hueco con ellos, o tantos marcos como lo desees, en diferentes tamaños, y comienza a realizar tu obra personalizada.

Arte sobre telas

Ahora bien, toca el turno al arte en sí. Para realizar esta idea, utilizaremos telas. Puedes pintarlas, estamparlas o bordarlas con diversos métodos. Por ejemplo, realiza una fotocopia en color, déjala secar bien, y aplícala firme en su lugar (con el lado impreso hacia la tela). Con una bola de algodón embebida en quita-esmaltes de las uñas, frota el dorso del papel hasta que se note translúcido (sin mover el papel), y al retirarlo verás la imagen estampada en la tela (en color o blanco y negro, pero siempre impresa con toner o en fotocopia color).

Puedes llevar la tela a estampar en una imprenta o en un sitio de estampados, por bajos precios. O también pintarla con tizas pastel, lápices especiales, y pinturas para tela, que conservan la flexibilidad del material de base.

Otra técnica muy original consiste en tratar una imagen impresa con barniz (un afiche, una fotografía), aplicando cinco capas: la primera, la tercera y la quinta en pinceladas horizontales, y la segunda y la cuarta en pinceladas verticales, dejando secar muy bien entre cada capa. Luego, dejas secar unas 6 a 12 horas, y sumerges el papel (recortado según la imagen que quieras conservar) en agua caliente, con la parte impresa hacia abajo. Con la yema de tus dedos, ve raspando el dorso de la imagen, hasta dejarla muy fina y translúcida. Deja secar bien estirado, y pega a la tela con pegamento universal.

Ya creada o elegida la tela (también puedes hacer un buen trabajo de patchwork, muy llamativo) móntala en el marco armado con los listones de madera. Recuerda ir tensando y sujetando con grampas o clavos en el dorso, enfrentando las zonas a sujetar.