Cómo Viajar con Personas Mayores

Ser anciano no es sinónimo de ser aburrido o no tener ganas de hacer nada. ¡Te puede sorprender la energía y capacidad que tienen tus padres o abuelos!. Si has decidido viajar con personas mayores quizás no puedan realizar algún deporte extremo, haya que detenerse a descansar más a menudo o se tomen otros recaudos... pero no por ello tiene que dejar de ser divertido y una experiencia maravillosa.

La edad no debe ser un impedimento para viajar. Muchas personas creen que a partir de cumplir una cierta cantidad de años debe quedarse encerrada en casa mirando la televisión. ¡Nada más alejado de la realidad! Lo bueno es que cada vez son más los ancianos que deciden irse de vacaciones según sus posibilidades físicas y también de presupuesto.

Entonces, ¿por qué crees que viajar con personas mayores es algo imposible de realizar?. Puedes pasar días realmente hermosos con tus familiares siempre y cuando tomen los recaudos necesarios.

"Si vas a viajar con personas de la tercera edad, no está de más tener el número de teléfono del médico de cabecera para hacer cualquier consulta."

Consejos para viajar con ancianos

Si has decidido pasar unas vacaciones con uno o varios ancianos de la familia (padres, abuelos, suegros, tíos), no dudes en prestar atención a los siguientes consejos:

Tomen precauciones en cuanto a la salud: Es preferible pecar de precavido que pasar por un mal momento. Para proteger la salud de la persona mayor en el viaje es preciso que lleven las medicinas correctas, así como también unas dosis adicionales por cualquier emergencia. A su vez se aconseja armar un botiquín de primeros auxilios con medicinas que podría llegar a necesitar durante la estancia. Los complejos vitamínicos nunca estarán de más.

Ya que los ancianos son más vulnerables a contagiarse enfermedades es vital que se vacunen antes de salir, no solo las recomendadas para el destino en particular, sino también las más básicas como puede ser la de la gripe. Puede ser una buena idea hacerse un chequeo general o visitar al médico antes de viajar.

Cuiden la salud en el viaje: Durante los días que duren las vacaciones sería bueno que se controle la presión y que beba una buena cantidad de agua para evitar la deshidratación. También se aconseja no salir a la calle durante las horas más calurosas o de sol (al mediodía), cubrirse siempre con gafas y gorros y usar factor de protección. No hay que variar la alimentación, o modificarla lo menos posible, y cumplir con la dieta si el anciano tiene algún problema de salud puntual.

Sepan dónde está el hospital más cercano: No es preciso alojarse al lado de una clínica pero si al menos conocer dónde se encuentra la sala de primeros auxilios más próxima (y saber además cómo dirigirse hasta allí). No está de más tener el número de teléfono del médico de cabecera para hacer cualquier consulta.

Realicen actividades acordes: Todo depende de cómo se encuentra el anciano. Es verdad que no tendrá la capacidad para hacer ciertos deportes del tipo “extremo” o esfuerzos excesivos, sin embargo, al viajar con personas de la tercera edad podemos optar por actividades más tranquilas y excursiones para todas las edades. Algunas ideas:

• Ir a un museo, a una obra de teatro, a un concierto... sirven para no cansar tanto a la persona y que todos puedan aprender de la cultura local. Lo pasarán genial.
• Hacer tours por la ciudad: Quizás no puedan hacer un city tour andando o en bicicleta, pero si recorrer una ciudad en bus o en transporte público. Es una actividad muy divertida y sobre todo, ideal para culturizarse un poco.
• Deportes y ejercicio: ¿Quién dijo que una persona mayor no puede caminar o pasear un rato? ¡Le hará muy bien a su salud! Siempre teniendo en cuenta sus posibilidades, no está mal organizar una excursión o una salida que incluya un poco de caminata, por ejemplo. También se puede optar por pescar, nadar en una laguna tranquila, andar a caballo, etc. Solemos subestimar a los mayores y ellos mismos no tienen confianza de sus capacidades. Por lo tanto, una excursión tranquila de senderismo, por ejemplo, puede hasta mejorarles la autoestima.

Relájense: No todo en las vacaciones tiene que ser ir de aquí para allá. ¿Por qué no pensamos en un paseo tranquilo, quedarse mirando el mar o disfrutar de la piscina del hotel?. Un centro termal o un SPA puede ser una excelente idea; allí todos disfrutarán de los beneficios de las aguas, de los masajes y de los diversos tratamientos.