Cómo Atender Bien al Público Personalmente

Veamos 5 claves para una mejor atención al público de manera personal:

1. Anticípate: Siempre debes estar dispuesto a ser el responsable de crear un clima positivo, por ello, no esperes a que el cliente te salude, hazlo primero, sonríe, cuida el tono de tu voz, ofrece tu ayuda y piensa en lo que vas a decir antes de hablar.

2. Sintoniza: Escucha lo que el cliente tiene para decir, sin interrumpir, ponte en los zapatos del otro. De vez en cuando, asiente con la cabeza o con un “si”. No contradigas hasta que termine de hablar.

3. Aclara: Una vez que el cliente ha expuesto su problema, inquietud o necesidad, puedes hacer preguntas para conocer más al respecto. Luego, facilita los datos que poseas y esclarece cualquier tipo de inconveniente.

4. Soluciona: Si se trata de un problema, ofrece una respuesta; si se trata de una necesidad, satisfácela, si nada de ello es posible, ponte a trabajar para conseguir una solución y toma nota de lo necesario para mejorar el servicio a futuro.

"Para atender bien al público personalmente siempre debes ponerte en su lugar. ¿Cómo te gustaría que te reciban cuando vas a una tienda o a una oficina?."

5. Tranquiliza: Si no hay solución, discúlpate de antemano, calma al cliente y trata de minimizar el problema, ponte en su lugar, propone soluciones alternativas y no culpes a los demás.

Consejos para atender bien al público

No hay dudas que atender al público es una tarea que puede ser algo estresante y agotadora. Sin embargo, depende de ti ofrecer un buen servicio y pasar lo mejor posible tus jornadas laboral. Algunos consejos para atender bien al público personalmente que puedes poner en práctica son estos:

Siéntete orgulloso de tus capacidades: Esto quiere decir, reconoce cuáles son tus virtudes para atender a un cliente, cuáles son tus habilidades para solucionar problemas, cómo te sientes ante tus tareas, etc. No hay nada mejor, al comenzar el día, que decirte lo bien que haces tu trabajo, eso elevará tu autoestima y te permitirá enfrentarte a todo lo que te depare el destino. Manejar clientes requiere de determinación, perseverancia y habilidades sociales. Aunque le restes importancia a tu puesto, quizás atender con una sonrisa sea lo más lindo que le haya pasado a un cliente ese día.

Muestra tu mejor versión: Para atender bien al público siempre debes ponerte en su lugar. ¿Cómo te gustaría que te reciban cuando vas a una tienda o a una oficina? Eso es lo que tienes que ofrecer. Causa buenas impresiones en los que te ven, ya sea con la vestimenta, el peinado, el maquillaje (en el caso de las mujeres) y tu aseo personal. Lleva ropa limpia y prolija, peinate, usa perfume. Además, es bueno que camines relajado y que mires a los ojos a los clientes. De esta manera, ellos se sentirán confiados, en manos de un profesional.

Sonríe todo el tiempo: No importa que tu vida personal sea un desastre, hay que seguir adelante. Los clientes no tienen la culpa de las discusiones con tu pareja, del tránsito o de tu jefe. Deja de lado tus preocupaciones, enojos, miedos e inseguridades, de ello podrás encargarte cuando termina tu horario laboral. Tampoco exageres el gesto, porque parecerá que estás adulando y que eres una persona falsa, poco digna de confiar. También sonríe a tus compañeros y a tus superiores. La imagen es completamente diferente entre alguien que está sonriendo y aquél que no. Y recuerda que como la sonrisa es contagiosa y muy beneficiosa, seguro empezarás a ver la vida de otra manera.

No te tomes nada personal: Si eres un vendedor o un empleado, serás “la cara visible” de una empresa al atender al público. Debes saber que no se están quejando de ti puntualmente, sino del servicio en general (a menos que hayas tenido una equivocación concreta). Cuando los consumidores están enojados, no piensan en el que tienen delante. Mantén la expresión amena, no confrontes, no eleves la voz. Y una vez que ese cliente se vaya, no arrastres esa mala experiencia hacia el siguiente, porque no tiene la culpa de ello.

Toma el tiempo necesario con cada cliente: Es cierto que en algunos empleos prefieren que los clientes compren rápido y pases al siguiente, pero no todos los casos es así. Los consumidores quieren sentirse únicos, exclusivos e importantes. Por ello, si tu trabajo te lo permite, trata de tomarlos en serio, que se sientan a gusto y tarda el tiempo que necesites hasta solucionar su problema o responder a una exigencia o necesidad. No los apures a decidirse a comprar o tomar una decisión, deja que piensen bien, invítalos a que regresen en otro momento si es necesario.