Cómo guardar el calzado de verano durante el invierno
Si quieres disfrutar de tu calzado en la próxima temporada, tendrás que conservarlos adecuadamente. Aprendamos algunas ideas para dejarlos bien protegidos y perfectos, listos para ser usados ni bien regresen los días de calor.
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Cómo guardar correctamente el calzado
Cuando se aproxima la temporada fría, hay muchos calzados que dejamos de usar. Y si queremos tenerlos en impecables condiciones para la próxima temporada estival, será buena idea darles un guardado adecuado.
Cada tipo de calzado tendrá una manera óptima de ser guardado y conservado. Lo más importante es limpiarlos y ventilarlos muy bien antes de almacenarlos.
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Si no contamos con las cajas correspondientes a cada par de zapatos, podemos colocarlos todos dentro de una caja de gran capacidad, procurando separar unos de otros con papel de seda y bolsas plásticas.
"Cada tipo de calzado tendrá una manera óptima de ser guardado y conservado."
Nunca debemos colocar algo encima ya que el peso terminará por aplastarlos, y esto podría dañarlos o deformarlos sin posibilidad de arreglo.
Cómo guardar las ojotas
Las ojotas y sandalias plásticas que usamos para los días al aire libre, deben lavarse muy bien. Aprovechando que son plásticas, podemos colocarlas en el lavarropas, a temperatura media o baja, o bien sumergirlas en agua caliente enjabonada y repasarlas con un cepillo de cerdas medias o duras. Una vez limpias, las dejamos secar perfectamente, y ya estarán listas para ser colocadas dentro de bolsas plásticas comunes o de cierre hermético, y luego dentro de una caja o al fondo del ropero, hasta la próxima temporada.
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"Nunca debemos colocar algo encima ya que el peso terminará por aplastarlos."
Cómo guardar los zapatos y sandalias
Los zapatos y sandalias deberán ser guardados con técnicas similares: debemos asearlos, limpiando bien las suelas y los tacos, repasándolas con un cepillo de cerdas suaves humedecido (según el material de confección del zapato) o bien con un algodón apenas húmedo. También se debe limpiar el interior, repasando con un algodón o paño embebido en alcohol y colonia, para eliminar suciedades y de paso que quede bien perfumado. Luego, los acomodaremos dentro de sus cajas correspondientes, separándolos entre sí con papel de seda. Por último, cerramos bien la caja para evitar el ingreso del polvillo.
Con estos simples consejos tendremos más lugar para el calzado de la temporada fría, y los veraniegos quedarán bien guardados y protegidos para poder disfrutarlos en la próxima temporada de calor.