Cómo Organizar un Viaje Alrededor del Mundo

Entonces, si quieres viajar por todo el planeta, debes saber que necesitas un trabajo diferente al que te obliga a cumplir un horario en una oficina. Por más de que hayas ahorrado durante años y tengas el dinero suficiente para irte un año al extranjero, al regresar deberás volver a la rutina y costear tus gastos.

Existen diferentes maneras de recortar lo que te costaría un viaje por todo el mundo. Para ello precisas una buena organización y planificación. Si estás preparado mentalmente para una aventura inolvidable y tienes en cuenta algunas cuestiones vitales, pasarás meses increíbles conociendo todo lo que la Tierra tiene para ofrecer.

Tips para organizar un viaje alrededor del mundo

Tómate el tiempo necesario para la organización del viaje: No es lo mismo que irte quince días a una playa. Un viaje por todo el planeta tiene muchos detalles que vale la pena tenerlos solucionados antes de salir de casa. Ve acomodando las piezas de a poco, habla con otras personas que hayan ido a esos lugares (o fíjate en Internet). Recuerda que la planificación es también parte del viaje, que no se transforme en una carga. Algunos viajeros indican que la organización les llevó dos años, de esta manera, evitaron problemas graves, más allá de algunos imponderables que siempre ocurren en cualquier travesía.

"Un viaje por todo el mundo tiene muchos detalles que vale la pena tenerlos solucionados antes de salir de casa. Ve acomodando las piezas de a poco. Muchos sugieren que la planificación lleva hasta dos años."

Determina los objetivos del viaje: Puede ser encontrarte a ti mismo, aprender sobre otras culturas, demostrar tu independencia, cumplir un sueño de toda la vida, hacer amistades en diferentes países, etc. Esto también es importante a la hora de planificar un viaje por todo el mundo. No es lo mismo que tu idea de recorrido acepte cientos de paradas o que sólo quieras pasar por las ciudades más destacadas de un país, por ejemplo.

Infórmate sobre los costes de vida: No pienses que en todos lados comer, dormir o moverse cuesta lo mismo que en tu país. Habrá seguro sitios más asequibles y otros más costosos. Tener esta información te ayudará a diseñar la ruta de viaje o disminuir la estancia en los lugares más caros. Por ejemplo, estar en Londres te costará más que Perú, o por lo mismo que pasas dos semanas en Bali podrás vivir 5 días en Tokio.

Elige un grupo de aerolíneas: Una alianza aérea te puede ayudar a ahorrar bastante dinero. Básicamente, porque sumarás puntos o millas para recibir beneficios o pasajes gratis, por ejemplo, o porque quizás puedas conseguir descuentos por paquetes en boletos para ir a diferentes partes del mundo. Siempre deberás comprar el pasaje de ida y, si tienes planeado regresar en una fecha determinada, también adquirir el boleto de regreso. Esto te dará la tranquilidad de poder gastarte hasta el último céntimo en tu estancia, pero también, te limitará si quieres cambiar de recorrido o itinerario sobre la marcha.

Traza una ruta conservadora: Otro de los tips sobre para organizar un viaje por todo el planeta indica que no debemos cometer el error de querer viajar miles de kilómetros y atravesar tres continentes cada vez que cambiamos de ubicación. La ruta debe seguir una lógica. Es preferible realizar recorridos más cortos y seguir un orden, siempre con un mapa en mano. Presta atención a los permisos para ingresar a un país, ya que por ejemplo, si quieres ingresar en Líbano o Siria no podrás hacerlo si antes hiciste escala en Egipto o en Israel, así que tendrás que cambiar el recorrido al revés.

Presta atención al clima de cada lugar que visites: Ya que estarás dando la vuelta al mundo, te toparás con sitios donde hace mucho calor y otros donde el frío te cala los huesos. Entonces, deberás empacar todo tipo de vestimenta. Además, es bueno que averigües qué épocas del año son mas o menos recomendables para visitar. Por ejemplo, donde hay huracanes, tornados, monzones, inundaciones o tormentas de arena.

Improvisa de vez en cuando: Cuando planifiques un viaje para recorrer el mundo, deja espacio para que la travesía te sorprenda. Algunos días sin una ruta o itinerario específico, por ejemplo, la posibilidad de cambiar boletos de avión o tren, visitar un lugar cercano que no estaba previsto, quedarte un día más en un destino que te ha encantado o has hecho buenos amigos, etc.