La inversión en su forma más personal
Invertir en uno mismo se refiere a disfrutar el dinero para nuestro bienestar, evitando la obsesión de ahorrar para objetivos futuros.
Invertir en ti mismo es apostar a tu salud y bienestar
La importancia de invertir en uno mismo
Los ahorros y la economía doméstica en pro del bienestar económico pueden tomar muchas formas. Inversiones, propiedades, negocios y depósitos son algunas de las más populares que damos a nuestras esperanzas de un futuro económicamente próspero. Sin embargo, es poco lo que se tiene en cuenta en la inversión personal, al respecto de invertir en nosotros mismos. Y ese es el tema que abarcaremos en esta nota.
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Cómo invertir en uno mismo
No somos una bolsa de valores, ni un mercado bursátil. Pero sí somos una entidad, de hecho: somas la más importante entidad en nuestras vidas. Podemos acaudalar una tonelada de billetes en una caja de ahorros del banco, seguro, pero hay una popular frase, algo cruda, que define la importancia de invertir en nosotros mismos: de nada sirve ser el cadáver más acaudalado del cementerio.
Y es que entre el estrés, las preocupaciones constantes de la prosperidad, el cuidado de la familia, de la casa y demás, dejamos muy poco tiempo para cuidar en verdad de nosotros. Y tenemos muchas formas de hacerlo: cuidándonos somos más productivos, tanto en lo laboral y financiero, como en lo personal, familiar y social.
"Aprovecha tu tiempo. Organízate en tus actividades para tener menos prisas. Dedica tiempo para tu familia, para tu trabajo, y tu salud."
Nuestra salud
Cuando inviertes en tu salud debes hacerlo a buena conciencia. Cuidar de nuestra salud se refiere primero a la prevención, y luego a la cura. Si estás en plan de ahorro, seguramente no querrás gastar dinero en una suscripción para el gimnasio, pero salir a caminar, trotar por un parque, pedalear en bicicleta son actividades gratuitas que te cuidarán y fortalecerán.
Nuestra felicidad
El dinero no compra la felicidad, pero compra los objetos que nos hacen felices. A veces tenemos que invertir en pequeñas cosas triviales para darle un saludable empujón a nuestro bienestar.
En lugar de salir a comer fuera cada semana, hazlo una vez por mes, o cada dos meses. También compra esa prenda de vestir que te sienta de maravillas. ¿El teatro te da placer? Pues ve a ver una obra cada dos o tres meses, invirtiendo en tu felicidad. Ve al cine, o invita a tu familia y tus amigos a pasear por el zoológico, comprando comida para los animales. Estas pequeñas acciones no suponen grandes gastos, y si son valiosas para la construcción de tu bienestar anímico.
Aprendizaje y tiempo para la familia
Aprender es una buena manera de prevenir males. La cultura es gratuita, ya sea en bibliotecas, en Internet, o en la calle, dialogando con las personas y asistiendo a seminarios y talleres.
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"A veces tenemos que invertir en pequeñas cosas triviales para darle un saludable empujón a nuestro bienestar."
Aprender es relajante cuando lo haces por gusto y no por obligación. Aprovecha del aprendizaje en cada cosa que hagas, y aprovecha para cultivarte antes de emprender cada negocio, inversión o actividad. Tu dinero estará mejor cuidado, y tú habrás aprendido mucho.
Lo único que el hombre no puede volver a construir, ni recuperar, ni retractarse, es el tiempo. Aprovecha tu tiempo. Organízate en tus actividades para tener menos prisas. Dedica tiempo para tu familia, para tu trabajo, para tu salud y para tu felicidad. Respeta estos tiempos sin preocupaciones: son inversiones al largo plazo.