Cómo elegir y usar la leña para calefaccionar el hogar
La leña es uno de los métodos de calefacción más respetuosos del medio ambiente. Descubre por qué y cómo elegirla
Las maderas o leños blandos hacen más llamas y se consumen más rápido, sin formar demasiadas brasas
Ventajas de la calefacción a leños
La calefacción a leña o leños es una manera económica y más limpia de crear fuentes de calor. Aunque parezca contradictorio (produce humo y consume un recurso natural), es mucho más respetuosa con el ambiente en relación a sus contrapartes eléctricas y a gas. Y esto se debe a una simple razón: consume un recurso natural renovable.
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Siempre y cuando nos aseguremos de adquirir esta leña por parte de productores bien orientados, que cuentan con sus propias plantaciones y renuevan su material (plantando más árboles), estarás incluso haciendo un bien a tu ciudad o área de residencia. Recuerda que el gas es un recurso no renovable, es limitado, y produce emanaciones poco agraciadas para el entorno, mientras que la calefacción eléctrica deja una huella o impacto remarcado, y es uno de los principales motivos del fenómeno actual de calentamiento global y efecto invernadero.
"Aunque parezca contradictorio, la calefacción a leños es mucho más respetuosa con el ambiente en relación a sus contrapartes eléctricas y a gas."
Cómo elegir el tipo correcto de leña
La elección del tipo de leña dependerá, en primera medida, de su propósito. No será igual la madera elegida para asar a la parrilla que la usada para calefaccionar el hogar; incluso no es la misma si se trata de un ambiente pequeño o uno grande, una cabaña en el bosque o una casa de ciudad.
Entre los tipos habituales de leños, encontraremos:
Leña estacionada: Son las cortadas en la temporada anterior, y conservadas para su secado. Son leños que encienden más rápidamente y arden bien, en llamas y creando brasas. A diferencia de los cortes jóvenes, húmedos y verdes, los estacionados no poseen gases en su interior, siendo así más seguros para su uso dentro de hogares incluso pequeños, siempre en chimeneas con buen tiraje.
Maderas duras: los leños duros o maderos macizos (como los cortes de nogal, por ejemplo) son más densos y compactos. Arden durante más tiempo, aunque no producen demasiada llama, pero sí van haciendo brasas. Son los elegidos para cabañas y hogares fríos, pues perduran más tiempo y sirven como buena base para otros leños que producen más llamas. Incluyen el nogal, como dijimos, y también el freno, los robles rojo y blanco, el abedul y la haya.
Maderas blandas: Las maderas o leños blandos hacen más llamas y se consumen más rápido, sin formar demasiadas brasas. Al calentar el hogar, se debe colocar los leños blandos por sobre uno duro o macizo. También puedes colocar por debajo de los duros, para encenderlos, y luego por encima, para que formen llamas que emitan buen calor. Recuerda que, al formar más llama que brasas, se emite menos calor. Son adecuados para calefaccionar casas de ciudad, menos frías, y también para cocinar.
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"La elección del tipo de leña dependerá, en primera medida, de su propósito. No será igual la madera elegida para asar a la parrilla que la usada para calefaccionar el hogar."
Asegúrate de tener cuidado y limpiar el tiraje de la chimenea, pues las maderas blandas producen más humo. Entre las especies encontramos los abetos, las píneas y algunos pinos, así como álamos y cepas de frutales.
Cómo conservar la leña
Mantén tus leños protegidos de la humedad, para asegurar un buen uso. Puedes guardarlos en interiores o en exteriores, con piso de material, techo, y una cobertura total para evitar así la humedad de ambiente, el ingreso de animales que aniden allí, y el polvillo.